El presidente del Partido Popular de Córdoba, José Antonio Nieto, no descarta formar parte de la candidatura de su partido para las próximas elecciones generales, que tendrán lugar el 20 de diciembre. Aunque la confección de las listas compete a la dirección nacional, Nieto abrió ayer públicamente la espita de su salto a Madrid, aunque se sinceró con un escueto "no lo sé. Todo dependerá del debate que se abra a nivel regional o nacional", sostuvo. A preguntas de la prensa sobre si querría ir o no en las listas, Nieto afirmó que "cuando asumes ciertos cargos, ya no eliges lo que te gusta sino lo que debes. Lo que yo quiera es secundario y lo importante es lo que le venga bien y necesite el partido". En cualquier caso, las dudas sobre la pugna más o menos soterrada por encabezar la candidatura popular, la presencia o no de Rafael Merino en la lista (es diputado desde el año 2000) o el futuro del propio Nieto se despejarán a finales de este mes. Según confirmó el propio presidente de los populares cordobeses, se espera que Génova dé a conocer a los candidatos después de la disolución de las Cortes, es decir, justo un mes después de que el PSOE aprobara sus listas provinciales. El presidente del PP de Córdoba, que reunió ayer al equipo de campaña, confía en que las planchas que se cierren sean "atractivas y potentes" y que estén formadas por "lo mejor que tengamos", dada la dificultad del actual escenario político.

NO TOCA HABLAR DE C'S Nieto también se refirió a la advertencia lanzada por el presidente honorífico del PP, José María Aznar, a sus compañeros de filas sobre el avance de Ciudadanos en el centro-derecha y, aunque dijo que es "muy libre de expresar su opinión", añadió que "no estamos en el momento de la especulación, sino del esfuerzo y el trabajo, y hablar cuanto menos posible del resto de partidos". Precisamente Nieto alertó de "los riesgos" que representan estas nuevas fuerzas políticas dada su "inexperiencia", al tiempo que advirtió sobre los riesgos que tiene votar a los partidos de izquierda, a quien acusó de llevar "al despilfarro los servicios públicos" y al país, a la bancarrota. A sus compañeros, les pidió "ilusión" para entusiasmar y olvidar "la resignación" a la que nos ha arrojado la crisis.