Miembros y simpatizantes de la Acampada Dignidad y el alcalde, José Antonio Nieto, mantuvieron ayer un duro intercambio de palabras durante un acto protocolario en Miraflores, un incidente en el que el alcalde consideró haber sido insultado y en el que dejó claro que no negociará con los ocupantes del colegio Rey Heredia hasta que no salgan de esta propiedad municipal.

El incidente tuvo lugar en la inauguración de las instalaciones de ocio de Miraflores, y curiosamente después de un principio de acercamiento entre el regidor y los colectivos que ocupan el recinto por medio del portavoz Manuel Delgado, que invitó al alcalde a visitar el colegio Rey Heredia y a conocer la labor que se hace. "No se ha negado, aunque no será hoy. Lo importante es mantener abiertos canales de diálogo", explicaba un conciliador Delgado.

Sin embargo, el ambiente no estaba tan calmado como reflejaba esta primera conversación, ya que a un centenar de metros la Policía Local mantenía alejada una protesta de miembros de la Aacampada dignidad, a los que el día anterior se le cortó el agua. En un momento del acto, y con la prensa delante, un grupo de simpatizantes y miembros de la acampada interpeló al alcalde, que en principio contestó a las preguntas reiterando que los colectivos ocupantes del colegio agravian al resto de las asociaciones que aún esperan usar instalaciones municipales. Sin embargo, el tono fue subiendo con increpaciones hasta que Nieto se negó a continuar contestando.

"PATADA INDIGNA" Segundos después, Nieto consideró ante la prensa que "la Acampada Dignidad, por decirlo de alguna forma, empezó con una patada indigna", y que la ocupación del colegio por un colectivo "al que no le quito ningún mérito" ni al que niega "su voluntad de ayudar para mejorar las cosas", no debe hacerse "como lo han hecho ellos, saltándose a la torera la ley, ocupando un espacio que es de toda la ciudad", ni se hace "insultando y provocando permanentemente" ni "faltándole el respeto al representante del conjunto de los ciudadanos". Al respecto, recordó que "a mí me votaron 78.000 personas. No sé cuántos apoyan a este colectivo". Nieto, sin embargo no se cerró al diálogo, aunque "no con quien se encuentra en ilegalidad", recordando que "lo primero que tienen que hacer es salir de esas instalaciones" y "ponerse en igualdad con otros colectivos que llevan mucho tiempo esperando un espacio".

Más aún, Nieto afirma que la llegada del asunto al juzgado no es "una posición de fuerza, solo le hemos pedido a los jueces que nos digan qué tenemos que hacer". "Por dignidad, las personas que están ahí deberían salir" y "negociar entonces".

"No vamos a negociar a la fuerza. Me da igual que se manifiesten, están en su derecho, que nos insulten, ya estoy acostumbrado, que nos falten al respeto casi a diario y a que no se entienda que los derechos que piden los tienen también otras personas", consideró José Antonio Nieto. "No me voy a salir ni un milímetro de la ley. Ni en esto ni en nada", añadió.