Mercedes González, una cordobesa de 57 años de edad con 20 años de experiencia laboral, abrió su primer negocio el pasado mes de marzo, un taller de costura ubicado en la avenida Manolete, 21, con financiación propia. La modista afirma que, «desde el primer momento», tuvo «una aceptación muy buena entre los vecinos», con «bastantes encargos» durante los meses de abril y mayo, recuerda. Mercedes González comenta que en primavera diseñó cerca de 20 trajes de gitana y 12 vestidos de boda en lo que lleva de verano. Decidió «dar el salto» hacia el emprendimiento tras recibir cursos de formación de seis meses en Cruz Roja sobre autoempleo, informática y gestión empresarial. Mercedes González asegura que, desde que dio «este gran paso», ha mejorado su «desarrollo personal», sobre todo, porque «he podido ver reconocidos mis esfuerzos, a través «de los comentarios positivos de los clientes y de sus familiares». Mercedes está «muy agradecida» a la entidad humanitaria, ya que «nadie me ha remunerado tanto a nivel personal, ni me ha abierto tantas puertas como ha hecho Cruz Roja». Los técnicos «no solo me han formado sobre el autoempleo sino que, además, me han motivado y me han un trato personalizado». De hecho, «me han acompañado durante todo el camino para asegurarse de que la línea de negocio funcionase adecuadamente».

Destaca que el proyecto «más enriquecedor» en el que ha trabajado en el tiempo en el que lleva abierto su negocio fue «haber diseñado un vestido de fiesta, sin prótesis de pecho, para una mujer que tuvo cinco cánceres de mama y quería asistir a una boda». Mercedes González comenta que fue «una satisfacción muy grande» el haber logrado diseñar «un vestido adaptado a las condiciones de esta clienta», sobre todo, porque «vi en sus ojos que se sentía emocionada y feliz consigo misma». Subraya que es «algo que no habría podido experimentar si no hubiese decidido emprender, por la facilidad de interactuar y empatizar con los clientes».