La Rambla cuenta desde hace 23 años con todo un ejemplo de superación como deportista y persona. Se trata de Alfonso Cabello Llamas, un ciclista adaptado de 23 años que tras vivir en su localidad natal y Madrid, reside en Pozoblanco desde hace más de un año. En su palmarés deportivo destaca un oro y dos bronces paralímpicos de ciclismo en pista, repartidos entre los años 2012 y 2016, y un récord mundial (2014). La prueba del kilómetro es su especialidad, pues es ahí donde ha obtenido sus mayores éxitos. También posee desde 2014 la plusmarca nacional absoluta del kilómetro en pista con un tiempo de 1:01.6, lograda a más de dos mil metros de altura en Aguascalientes (Méjico). Aquel gran tiempo fue el mismo que le sirvió para batir el récord mundial adaptado. Recientemente ha anunciado que en octubre participará en el Campeonato de España absoluto de pista para medirse a los ciclistas sin discapacidad. De cara a este reto cuenta con el apoyo de los españoles ganadores del Tour Pedro Delgado (1988), Óscar Pereiro (2006) y Carlos Sastre (2008). A lo largo de los últimos años no ha parado de recibir premios en reconocimiento a sus méritos como ciclista.

-¿Cómo se sintió al ser galardonado con el premio de Cordobés del Año?

-Siempre que te dan un reconocimiento en tu tierra es todo un orgullo, sobre todo en mi caso, pues me siento muy cordobés, así que estoy contento desde que me comunicaron el premio.

-Háblenos de su discapacidad y de su adaptación al mundo del deporte.

-Tengo una discapacidad en un antebrazo de nacimiento. A los seis años ya estaba practicando algún deporte, pues me gustaba mucho. Hice natación entre los seis y los diez años con el club Fidias pero luego me pasé al ciclismo. Siempre me ha gustado la velocidad por eso quizás escogí la bici. De pequeño también jugué al baloncesto durante un tiempo pero poco al fútbol, pues nunca he sido la verdad demasiado futbolero.

-¿Cómo era la primera bicicleta que usó en las carreras de la provincia?

-Empecé con una bici que me prestó un vecino de La Rambla que pertenecía a un club cicloturista. Era, por ejemplo, una bicicleta con un solo freno. Sin embargo, pese a que no estaba adaptada a mí, ganaba pruebas de carretera. Cuatro o cinco años más tarde me compraron mis padres una bici adaptada a mis circunstancias y a mis condiciones físicas.

-¿Cuándo empezó a ser consciente de que podía llegar a la élite mundial de su modalidad deportiva?

-Desde pequeño me tomé muy en serio la práctica de cualquier deporte. De hecho, entonces me lo tomaba tan en serio como ahora. Mientras mis amigos se iban de fiesta los fines de semana, yo prefería entrenar con la bicicleta. Estaba deseando que no hubiera clases por una excursión para ponerme a entrenar el tiempo que pudiera. Siempre he tenido claro que si te dedicas a algo en tu vida, tienes que tomártelo muy en serio para hacerlo bien. En 2011 gané mi primer título de campeón de España de carretera. Era una época en la que alternaba la carretera con la pista. En 2011 iba a ir a un mundial de carretera a Dinamarca pero el seleccionador de entonces me dejó fuera del equipo. Como los que fueron a aquel mundial se clasificaron para los Juegos Paralímpicos de Londres al conseguir medallas, ya solo me quedaba la opción de la pista para ir a los Juegos. Entonces descubrí que me gustaba el ciclismo en pista y que además poseía dotes de velocista. Desde entonces me he especializado en el ciclismo en pista.

-¿Todo cambió en su carrera como ciclista a partir del oro que ganó en los Juegos Paralímpicos del 2012?

-La verdad es que todo fue diferente desde aquel momento. En los Juegos Paralímpicos de Londres gané el oro en el kilómetro y batí el récord mundial. En 2014 gané el oro mundial, batí mi propio récord y con esa marca superé el récord nacional sin discapacidad. Todo fue diferente desde entonces.

-En el año 2013 se marchó a la ciudad de Madrid para entrenar. Sin embargo, en 2016 regresó a la provincia de Córdoba para instalarse en la localidad de Pozoblanco. ¿Por qué esos cambios en su vida?

-En el año 2013 opté por irme a Madrid con una beca para dar un salto de calidad a mis entrenamientos como ciclista de élite. Allí vivía y tenía un velódromo a cuarenta minutos de donde vivía, por lo que todo era cómodo. Pero en Madrid era el único ciclista que entrenaba de esa manera y me sentía solo continuamente. Estaba cansado de estar solo después de unos años viviendo allí. Por eso elegí la opción de venirme a vivir a Pozoblanco y completar mi preparación deportiva con miniconcentraciones en los velódromos de Galapagar y Palma de Mallorca. Estoy a gusto con esta nueva etapa en mi carrera.

-Desde el año 2013 lleva hablando de que le gustaría medirse a los ciclistas sin discapacidad pero nunca llegó a hacerlo. ¿Por qué ha tomado la decisión de hacerlo este año en el Campeonato de España?

-Han sido varias las circunstancias que lo han motivado. Para empezar, ahora me siento lo suficientemente maduro como persona para hacerlo. Además me veo bien físicamente. Como no pude ir al Mundial con discapacidad por una lesión, tengo ganas de participar este año en una competición importante. Además estoy cansado de ver la imagen que existe en este país al analizar a un deportista discapacitado. Parecemos menos que otros cuando nos esforzamos lo mismo o más que los demás, Quiero hacer ver a la gente que todos somos deportistas de élite y que nos den por ello el lugar que merecemos en la sociedad.

-¿Qué opina al ver como, año tras año, las ayudas económicas que reciben son menores que las de los deportistas sin discapacidad?

-En España tenemos un sistema obsoleto en este aspecto. En el 80 por ciento de los países rivales al nuestro en las competiciones no es así. En la mayoría de los países están ya equiparadas las ayudas de los deportistas con discapacidad a las de los que no las tienen. No es un problema de la Junta de Andalucía, de la Federación Española de ciclismo o del Comité Paralímpico, pues viene de mucho más arriba y hay que luchar por ello. Hay que valorar a los deportistas paralímpicos como de alto nivel. Es una barrera que hay que superar cuanto antes por el bien de todos.

-¿Qué siente al ver que muchos le consideran un ejemplo de superación para tantas miles de personas de este país que sufren una discapacidad?

-Lo que para muchos es un ejemplo, para mí es un orgullo. Personalmente me considero una persona machacona que intenta hacer ver que no nada es imposible cuando uno lo pone todo de su parte.

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