El recogimiento de la empedrada plaza de Capuchinos se ilumina hoy con la recién restaurada escultura del Cristo de Los Faroles que da la bienvenida a la Semana Santa cordobesa con las interminables colas de feligreses que rinden devoción a la Virgen de Los Dolores en su día grande.

El Viernes de Dolores, el epicentro de la fe católica en Córdoba, está en la plaza del Cristo de los Faroles, pues la escultura más típica de la ciudad está abrazada por la iglesia hospital de San Jacinto, donde se venera a la Virgen de Los Dolores; también por la iglesia conventual de Capuchinos, donde los fieles han asistido al besamanos de la Virgen de la Paz y, además, de la emblemática plaza sale en Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús de la Sangre.

"La señora de Córdoba", como los cordobeses denominan a la Virgen de los Dolores, es la imagen con más devoción de toda la ciudad, una talla completa del escultor Juan Prieto que este año conmemora el cincuentenario de su coronación canónica por parte del Cardenal Bueno Montreal, siendo la primera imagen de la ciudad en recibir esta distinción mariana.

Desde primeras horas del día, las puertas de la Iglesia Hospital de San Jacinto, el convento de Los Dolores, se han abierto para que los fieles más madrugadores pudieran pasar delante del camarín de la virgen a rendirle culto y rezar sus oraciones.

Este año además, la espera hasta la imagen más venerada de la ciudad que procesiona por las calles de Córdoba el Viernes Santo se ha hecho más amena pues entre las cosas se comentaba la renovación de la escultura del Cristo de Los Faroles.

El crucifijo, exaltado entre muchos artistas como el cordobés Julio Romero de Torres que pintó "La Virgen de los Faroles", ha sido restaurado y los trabajos de limpieza han acabado justo a tiempo para el comienzo de la Semana Santa cordobesa por lo que sus colores blanco y negro lucen con más brillo que los propios faroles que lo rodean.

Además, otra cita destacada es el recorrido del Vía Crucis del Señor de la Sangre, titular de la hermandad del Cister, que vuelve a centrar la atención de la tarde del viernes de Dolores en la iglesia conventual del Santo Ángel, el tercero de los enclaves católicos que conforman la plaza de los Capuchinos.

Como colofón al arranque de la Semana Santa cordobesa, el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández ha oficiado el culto de las once de la Fiesta de Regla de la hermandad sevita que le rinde culto a la dolorosa en el día de su onomástica en un solemne septenario que se ha completado con cuatro misas más en el convento de Los Dolores.

El alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, ha explicado a Efe que con el Viernes de Dolores se da el pistoletazo de salida a la temporada alta turística cordobesa, que pronto entrará en sus fiestas más paganas con los Patios, las Cruces y la Feria.

Nieto ha invitado a todas las personas, cordobeses y turistas, a que se acerquen a Córdoba y disfruten "de sus monumentos pero sobre todo de su gente y la alegría que se trasmiten en sus calles".

Por su lado, el vicepresidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes, ha resaltado que el tiempo acompañará y, por tanto, toda la provincia de Córdoba "se abrirá a la gente para que puedan vivir una Semana Santa singular que solo ofrece esta tierra".