Pepita Patiño, la mujer cuya historia inspiró la novela de Dulce Chacón La voz dormida , obra en la que se basó Benito Zambrano en su película del mismo título, murió ayer, a los 90 años, en la residencia de ancianos Nuestra Señora de los Dolores, en la plaza del Cristo de los Faroles, donde vivía desde hacía muchos años y donde ha dejado un gran vacío. La literatura y el cine dieron a conocer la historia de esta cordobesa, que sufrió la represión de la postguerra y sus horrores, dando también voz y presencia a otras muchas mujeres anónimas del bando perdedor que "mantuvieron viva la llama de la democracia mientras soportaban terribles sufrimientos", señaló Mar Téllez, delegada municipal de Cultura y expresidenta del Foro para la Memoria Histórica, que se sintió "sobrecogida" ayer ante la noticia de su muerte.

"Todo fue por amor, no por política, por amor a Jaime me quedé sin juventud y me volvería a quedar las veces que hiciera falta", decía Pepita Patiño en el 2003 a este periódico, en una entrevista realizada por la periodista Rosa Luque, en la que también contaba cómo vivió aquel largo noviazgo con Jaime, un militante del PCE que, al poco tiempo de declararle su amor fue capturado por la Guardia Civil y, después de muchas vicisitudes, fue llevado a la cárcel de Burgos, de donde salió 17 años después, en 1960, tras el indulto decretado por la muerte de Juan XXIII. Durante aquel tiempo, Pepita pudo ver a Jaime una sola vez al año. Pero lo esperó y cuando salió de la cárcel se casaron, aunque su felicidad no duró mucho. A los diez años, Pepita se quedó sin Jaime, que murió tras una dura enfermedad.

Una triste historia que también sobrecogió a Benito Zambrano, director de la archipremiada película La voz dormida , donde la actriz María León dio vida a la protagonista, una interpretación que le valió un Goya. "Comparto el premio con Pepita Patiño, que tiene 88 años y vive en Córdoba. A ella y a todas las pepitas del mundo, por ser mujeres que han aprendido a perdonar, pero no olvidan", dijo la actriz al recoger el premio. Ayer, la intérprete recordaba a Pepita y su visita a Córdoba con Inma Cuesta, la otra protagonista de la película, para conocerla.

"El encuentro con ella fue una semana antes de los Goyas. Ella estaba sentada en su residencia, rodeada de fotos de él. Enamorada como una niña de quince años, orgullosa de lo que tuvo y de él", aunque "apenada por no tener hijos por culpa de las palizas que él recibió mientras estuvo en la cárcel", recordaba ayer a Diario CORDOBA María León, que se sintió "muy apenada" al recibir la noticia de su fallecimiento. "Recuerdo que mi hermana Inma Cuesta y yo le decíamos que estaba guapa y ella decía que no, pero le brillaban los ojos cuando hablaba de él. Ella perdonó a la vida por todo, pero nunca lo olvidó a él", continuó León, que asegura que esta heroína nunca vio la película que contaba su vida porque "no quería sufrir más". Ahora, la actriz muestra su deseo de que "por fin, los dejen estar juntos y que tengan un viaje como el que se merecen. Que vuelen de la mano". Por otro lado, León reconoce que en aquel rato con Pepita conoció "la esperanza" y "cómo se puede tirar hacia adelante con ilusión aún teniéndolo todo en contra. Me enseñó el valor de querer, de querer de verdad y hasta el final".

Hoy, a las 11.00 horas, en el tanatorio del Granadal, se despedirá para siempre a esta mujer, que, según cuenta Téllez "entabló una relación muy estrecha con Dulce Chacón y se vio muy afectada por la muerte de la escritora". La delegada siente que finalmente no se pudiera grabar un audiovisual sobre su vida porque "a ella no le gustaba recordar", aunque "le encantó que se hiciera la película porque quería que las nuevas generaciones conocieran su historia". Gracias a la novela y al film "siempre recordaremos el coraje y la valentía de Pepita", concluyó Téllez.