Latifa es madre de un niño de 13 años con TDAH que el pasado viernes denunció al IES Fidiana a la policía porque considera que su hijo no está recibiendo la atención que necesita en su centro educativo. La semana pasada fue expulsado durante tres días, "por hablar e interrumpir en clase", una falta que según Latifa, no debería ser motivo de expulsión en un niño de las características de su hijo y que ya se ha repetido tres veces a lo largo del curso. Desde que salió del colegio Juan Rufo, "donde estaba perfectamente integrado", asegura, "todo han sido problemas y ahora está repitiendo primero de la ESO". Según esta madre, "el centro, que tiene todos los informes médicos del niño y sabe de sus necesidades especiales, se desentiende de él, no permite que participe en clase, ni le corrigen los cuadernos, siempre está castigado sin recreo, no puede ir a las excursiones con los demás compañeros y se pasa el día fuera del aula porque molesta o expulsado en casa".

Por su parte, la Delegación de Educación asegura que el hijo de Latifa recibe una atención adecuada a sus necesidades y que "ha sido expulsado tres días por una falta leve de comportamiento, como prevé la norma", desvinculando esa falta a su trastorno de conducta.