Los tarros de mermelada de Fepamic son una metáfora. Encierran el trabajo de 60 personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social y el esfuerzo que han realizado desde que en enero empezara la recogida del fruto de 23.931 naranjos de Córdoba. Este trabajo, que ha dejado expeditas numerosas calles y plazas, ha sido posible gracias a la adjudicación de un contrato a Fepamic por parte de Sadeco por un importe de 171.000 euros. Santiago Cañizares, gerente de esta entidad social, explica que «se ha aprovechado este trabajo de recogida para hacer una labor de inserción laboral, que ha supuesto un gran reto para nosotros».

En total, los empleados de Fepamic han recogido 838.264 kilos de naranjas, de las que la mayor parte se han destinado a compost y el resto, a la elaboración de mermelada amarga. «No hemos hecho una producción grande, porque estábamos pendientes de lograr todos los permisos sanitarios para que fuera apta para el consumo», comenta el gerente, que piensa que si en años sucesivos la federación vuelve a hacerse con el contrato de recogida podría ampliarse la producción o dedicar las naranjas, además, a la obtención de esencias. De momento este año las mermeladas servirán para obsequiar a clientes y amigos.

Fepamic ha elaborado la mermelada en las cocinas de su centro, donde hacen productos en línea caliente y de cuarta y quinta gama. «Los cocineros, con José a la cabeza, han hecho siete u ocho pruebas de mermelada, de diferentes texturas, con o sin cáscara, y hemos recibido muchas ideas para darle nombre», explica Santiago Cañizares. «En principio parece que el mejor de ellos es el de Mermelada de Córdoba».

El presidente de Sadeco, Pedro García, se muestra también muy satisfecho, ya que además de ser un servicio público que ha dejado limpias las calles de la ciudad antes que otros años, «ha tenido un alto componente social y solidario del que todos debemos sentirnos orgullosos». Algunas de las personas que han participado en este proceso solo habían trabajado tres o cuatro meses en los últimos cinco años. «Brindarles una oportunidad, que se sientan útiles y que tengan un sueldo es la mejor recompensa», concluye el gerente. Toda una metáfora.