Los trabajadores de la provincia están padeciendo las consecuencias de la desaparición de empresas originada por la crisis económica y la precarización de las condiciones tras la aplicación de la última reforma laboral. A esto hay que unir las dificultades que están teniendo, cada vez más, las mujeres para encontrar un trabajo en Córdoba con relación a los hombres. El mercado laboral está discriminándolas desde que en el año 2007 se contabilizara el mayor número de contratos (209.153) y al año siguiente la diferencia de la brecha entre hombres y mujeres fuera del 54,4% frente al 45,5%, la más reducida de la serie histórica.

Sin embargo, desde el 2007 se ha producido un descenso progresivo del número de contrataciones de mujeres, llegando al mínimo de la década en el 2013, con 167.279. Por el contrario, en este periodo se ha observado una tendencia inestable en los hombres, con aumentos y descensos. En el 2013 se recuperó hasta alcanzar los 271.176 contratos, la cifra más elevada en diez años. En esta tendencia ha tenido una especial influencia la actividad agraria, que está optando mayoritariamente por emplear a los hombres frente a las mujeres. Así, el sector primario absorbe el 51,2% de los contratos que se hicieron durante el pasado año, produciéndose un aumento en todas las actividades, pero sobre todo en la agricultura (+9,9%) y en industria (+8,2%).

El mercado de trabajo cordobés no ha dejado de incrementar la temporalidad desde el comienzo de la crisis. En el 2013 solo el 2% de los contratos fueron indefinidos (frente al 4% del 2007), significando los contratos de obra y servicio y el de eventual por circunstancias de la producción el 93,5% del total. Asimismo, aumentaron un 58,4% los contratos de formación y aprendizaje. La precarización laboral hizo que en la provincia hubiera el pasado ejercicio 1.513 personas que firmaron más de 15 contratos, otros 3.381 que rubricaron entre 11 y 15 y 18.335 que tuvieron entre 5 y 10.

A esto hay que unir la gran estacionalidad que caracteriza al empleo en la provincia. Así, frente a meses como diciembre y noviembre, que suelen ser los que registran más contrataciones, junto a enero, por la actividad generada en el sector agrario fundamentalmente, se reduce considerablemente en otros como marzo, julio y agosto.