Julio se cierra definitivamente en Córdoba como el mes más caluroso desde que a principios del siglo pasado comenzaran a registrarse los datos conforme a los criterios científicos internacionales. Y es que la media absoluta ha sido de 30,4º. La media de las máximas de estos 31 días ha sido de 40,2º, mientras que el mismo parámetro para las mínimas es de 20,6º.

Un total de 17 días de julio han superado la barrera de los 40º y ningún día ha bajado la máxima de los 36º. Tampoco se puede decir que las noches hallan sido suaves: ninguna de ellas ha estado por debajo de los 18º.

El día más caluroso fue el 6, con 45,3º de máxima y el menos, ayer, con 35,3º. La mínima más alta se registró el 17 de julio (25,4º) y la más baja fue también la del día 12 (18,6º), seguido del día 14, que la superó en dos décimas.

La ola de calor comenzó el 26 de junio, día en el que los termómetros marcaron los 40,3º de máxima. A partir de entonces se han ido sucediendo los alertas meteorológicas amarillas (sin riesgo para la población, pero sí para algunas actividades), la naranja (activada en 17 ocasiones por el servicio de emergencia 112 principalmente en la Campiña y la Subbética, por temperaturas superiores a los 40º) y roja (el 6 de julio).

También cabe recordar que 18 noches han superado el umbral del sueño. Se denomina noches tropicales a aquellas en las que el termómetro supera los 20º y se hace difícil conciliar el sueño.

LISTON ALTO Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) reflejan que julio arrebata la media de calor a los meses considerados más cálidos en los últimos tiempos: julio de 1989 y agosto del 2003. En ambos la media fue de 29,6º. En el año 2003 se registraron siete muertos por la ola de calor en Córdoba, a la misma vez que en Francia murieron 11.000 personas.

Otra alerta, la sanitaria, se declaró en junio y tuvo su punto álgido en la tarde del 8 de julio con el nivel rojo. Esta situación implica un despliegue coordinado por el Ayuntamiento que supone el realojo durante la ola de calor de unas 200 personas mayores que viven solas, la vuelta a los hospitales de algunos pacientes y la vigilancia de enfermos crónicos. Este dispositivo no llegó a aplicarse por un cambio de las previsiones.