Mejorar la sostenibilidad de las dehesas y aportar más valor añadido a este tipo de pastos, mediante el estudio y monitorización de su manejo y la identificación, cuantificación y valoración de los múltiples servicios ecosistémicos que ofrecen a la naturaleza y a la propia sociedad, como pueden ser la fijación de carbono en el suelo, su aportación al mantenimiento de los recursos hídricos o el papel que juega la vegetación de la dehesa a la hora de evitar avenidas e inundaciones o luchar contra la erosión. Servicios en muchas ocasiones ocultos, desconocidos o difícilmente valorables por la ciudadanía y por los propios agentes del sector. Y todo ello en colaboración con los propios agricultores, ganaderos, técnicos y organizaciones profesionales, y con el uso y desarrollo de nuevas tecnologías e innovaciones como sensores remotos para la predicción de la producción de pastizales y bellotas, pastoreo de precisión mediante la colocación de collares GPS para el ganado, y sistemas para aumentar la resistencia a la sequía.

Estos son los objetivos y filosofía principal de la participación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (Etesiam) de la Universidad de Córdoba (UCO) en el proyecto Developing SUstainable PERmanent Grassland systems and policies (SUPER-G, desarrollo de sistemas y políticas sostenibles de pastos permanentes), que tendrá una duración de cinco años y que está financiado por la Unión Europea con 10 millones de euros bajo el programa Horizonte 2020, que financia proyectos de investigación e innovación.

Este proyecto se ha concedido a un consorcio en el que participan 20 grupos de investigación pertenecientes a universidades, centros de investigación y empresas privadas de 14 países de la UE; y en él la Etsiam, junto a otro equipo de Portugal perteneciente a una consultora especializada en el sector, se centrará en el estudio de la dehesa, uno de los tipos singulares de pastos permanentes (aquellos que, como mínimo, se mantienen durante cinco años sin cultivar) existentes en Europa, tan importante para la economía y la fijación de la población rural de zonas como el norte de la provincia de Córdoba.

Mediante un equipo interdisciplinar formado inicialmente por nueve profesores e investigadores pertenecientes a los departamentos de Agronomía, de Ingeniería Rural, de Economía, Sociología y Política Agraria, de Física Aplicada y de Ingeniería Forestal de la Etsiam, este proyecto estudiará el manejo de la dehesa desde múltiples enfoques, como el análisis de la calidad del suelo y el agua, del sistema de pastos y la biodiversidad presente (flora y fauna), de la cantidad y calidad de los pastos y frutos que sirven de alimentación animal, y de la incidencia de la Política Agraria Común (PAC) y de las políticas medioambientales de la UE.

Así lo explica el coordinador de este grupo cordobés, el profesor Tom Vanwalleghem, quien resalta que la Etsiam es uno de los socios del citado consorcio más involucrados en este proyecto europeo, esfuerzo que se ve reflejado en el presupuesto, ya que, de los 10 millones de euros de financiación europea al SUPER-G, la Escuela de Agrónomos y Montes de la UCO gestionará directamente unos 645.000 euros, que también servirán para contratar a más personal investigador.

No en vano, este es uno de los proyectos europeos con mayor presupuesto entre los que, hasta la fecha, ha participado la Etsiam, como señala su propia directora, la profesora Rosa María Gallardo, quien también forma parte de este equipo.

Para estudiar soluciones de manejo novedosas con vistas a lograr una dehesa más rentable y sostenible este equipo pondrá en marcha una red de 4 dehesas experimentales y 10 demostrativas, ubicadas las primeras en la comarca de Los Pedroches y las segundas en distintas dehesas de Córdoba, Sevilla y Huelva, como también explica la profesora Pilar Fernández, otra de las integrantes de este grupo.

Entre las posibles respuestas para el futuro de la dehesa que este proyecto puede alumbrar están, por ejemplo, la posibilidad de incorporar nuevas especies «más resistentes a la sequía», como indica Pilar Fernández; o la posibilidad de que se analicen los beneficios para la sostenibilidad de las dehesas de modificar algunos de sus aprovechamientos tradicionales agrícolas, ganaderos, forestales y/o cinegéticos. Ofreciendo, eso sí, alguna alternativa al sector para que su actividad siga siendo rentable económicamente, ya que «actualmente la rentabilidad de la dehesa es baja». Entre estas alternativas puede estar la cuantificación y valoración económica de los servicios ecosistémicos que aportan las dehesas, tales como la fijación del carbono o la retención de agua.

Estos análisis podrían llevar a un cambio de la propia PAC, en la medida en que estos estudios podrían conducir a nuevas políticas agrarias europeas que tuvieran en cuenta estos valores añadidos, mediante la incentivación -y apoyo económico vía subvención a agricultores y ganaderos-, del mantenimiento de estos servicios en detrimento de unos mayores niveles de explotación agroganadera.

De ahí también la importancia de la colaboración en este proyecto de los propios agentes del sector, como señala Tom Vanwalleghem. Para dar los primeros pasos en esta línea, este grupo ya ha contactado con cooperativas, empresas, productores y asociaciones como Covap, la Federación Nacional de Dehesas (Fedehesa) y otros profesionales y técnicos agroganaderos.

Asimismo, y entre otras innovaciones que este proyecto pretender desarrollar, está un nuevo software en el marco del llamado pastoreo de precisión, que permite monitorizar el movimiento del ganado, y, con el análisis de los datos obtenidos, mejorar la eficiencia del uso de la hierba como alimentación animal.

Además de las mejoras que este proyecto puede traer a la dehesa, el SUPER-G también ha colocado a la Etsiam en la vanguardia de la investigación mundial en este campo.No en vano, la directora de esta Escuela, Rosa María Gallardo, también destaca el hecho de que a través de este proyecto «la Etsiam forma parte de un consorcio en el que participan equipos e investigadores de primerísimo nivel en el marco de la investigación agronómica», pertenecientes a esta escuela de la Universidad de Córdoba y a otras universidades y centros de investigación de Holanda, Suiza e Inglaterra.