En un ambiente festivo y reivindicativo, a ritmo de tambores y con un arcoíris de colores como escenografía, unos 2.000 cordobeses, en su mayoría jóvenes, se unieron ayer a la primera marcha del Orgullo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) que celebra Córdoba, con la intención de visibilizar y reflexionar sobre valores universales como la igualdad, el respeto, la diversidad, la libertad y la no discriminación. La marcha, que coincidió con la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTB, fue convocada por colectivos de la ciudad y la provincia, como Arco Iris, Personas, Aleas Córdoba, Todes Transformando, LGTBHI y Adriano Antinoo, con el apoyo del Ayuntamiento y la Diputación de Córdoba.

A las 20.30 horas, el Palacio de la Merced, punto de partida de la marcha, congregaba un gran número de personas, a las que se fueron sumando otras muchas a lo largo del recorrido, que siguió por la avenida Ronda de Tejares y el Bulevar del Gran Capitán, para finalizar en la plaza de las Tendillas, donde se dio lectura a un manifiesto antes de comenzar una fiesta en la que se ofreció un homenaje a Shangay LiLy, «un luchador activista LGTB», según señaló José Carlos Ruiz, uno de los portavoces de los organizadores.

La movilización, que contó con un gran apoyo de ciudadanos de la provincia llegados en autobús, reivindicaba «una ley estatal de transexualidad y, a nivel andaluz, una norma contra la homofobia, bifobia, transfobia e interfobia», que, tras un año de paralización, ha vuelto a echar a andar, según explicó Ruiz al comenzar la fiesta en Las Tendillas, donde se ofrecieron las actuaciones de Imperio Reina, Charito de Palma del Río y María Cambas. Pero la jornada del Orgullo en Córdoba comenzó a primera hora de la mañana con el izado de la bandera multicolor en la puerta de la Diputación y la lectura de una declaración institucional por parte del presidente de la Dipuación, Antonio Ruiz, que estuvo arropado por representantes de todos los grupos políticos y de los colectivos LGTB organizadores de la marcha. «A pesar del progresivo reconocimiento de los derechos de las personas LGTB, la diversidad sexual sigue siendo víctima de discriminación», dijo Ruiz.