Celebraciones onomásticas las hay de muchos tipos pero, Arturo Miguel Palma, un carpintero marbellí de 52 años, ha decidido conmemorar que lleva dos años desenganchado de una bombona de oxígeno recorriendo a pie el camino que va desde Marbella hasta el hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

En el centro hospitalario se llevaron una sorpresa el pasado 14 de diciembre al ver llegar a este hombre cargado de vitalidad que venía a celebrar los dos años de su nuevo pulmón derecho.

"He caminado una media de 23 kilómetros durante 9 días; aunque había jornadas que superé los treinta kilómetros de caminata", cuenta Arturo, en declaraciones a Efe mientras hace cola para entrar a la función de Navidad del colegio de sus hijas.

Y es que el pasado fin de semana todo fueron ovaciones y felicitaciones porque se presentó de sorpresa en el Reina Sofía ataviado con ropa deportiva para celebrar los dos años de su pulmón derecho.

"A los seis meses de detectarme fibromialgia pulmonar, los médicos me dijeron que el trasplante era la única solución", recuerda Arturo.

Entonces, se realizó todas las pruebas pertinentes en el hospital cordobés y se apuntó a la lista de espera mientras "me enchufaron a una bombona de oxígeno de la que estuve un año sin separarme".

De repente, una noche, sobre las tres de la llamada sonó el teléfono: había un pulmón para él; "después de un intento fallido, a la segunda, ya pudieron trasplantarme el pulmón derecho".

"¿Qué cuánto ha cambiado mi vida desde entonces?, pues imagina cómo es vivir enchufado a una maquina de oxigeno, sin poder respirar bien ni andar, a cómo estoy ahora: disfrutando de la función de Navidad de mis hijas y después de haber andado desde Marbella a Córdoba".

Sin embargo, Arturo destaca que debe seguir una estricta medicación "con efectos secundarios importantes" por lo que se realiza revisiones periódicas en el hospital de Córdoba, ciudad con la que ya tiene una vinculación muy especial.

"Estoy muy agradecido al equipo médico del hospital, tanto a los cirujanos como a los neumólogos que me atendieron", recalca Arturo quien, cuenta que un día se le ocurrió trazar una línea recta en el mapa de Marbella hasta Córdoba y durante nueve días ha recorrido andando Coín, Alora, Valle de Abdalajis, Fuente de Piedra, Lora de Estepa, Puente Genil, La Rambla, para acabar en Córdoba.

Y para acabar de celebrar los dos años de su pulmón derecho, Arturo se pasó por "las cámaras, las habitaciones donde se encuentran los pacientes que han sido recientemente trasplantados en el hospital Reina Sofía "para darles ánimos, para que vean cómo es posible llevar una vida completamente normal cuando se recuperen de la operación".

Periodo de convalecencia en el que es muy importante que pacientes y familiares estén acompañados en todo momento.

"Por ello participo en la fundación andaluza de trasplantados A pleno Pulmón, para quienes pido tanto a los cordobeses como a todos los andaluces que colaboren; para prestar apoyo psicológico e incluso un hogar, mientras dura el posterior a la intervención", comenta muy concienciado Arturo.

"El hospital Reina Sofía, la Fundación CajaSur y muchas más entidades colaboran pero necesitamos financiar más pisos para albergar a las familias mientras sus seres queridos están en el proceso postoperatorio; muchos no son de Córdoba y no tienen recursos para pagarse un hotel".

También ha apelado a la concienciación ciudadana con respecto a la donación de órganos: "yo no estaría disfrutando de mis hijas si una familia generosa no me hubiera regalado el pulmón de su ser querido".

La única manera de convencer a las familias que pierden a un padre o a un hijo que fallecen para que donen sus órganos es que conozcan historias como la de Arturo quien, gracias a la generosidad pudo desenchufarse de su bombona de oxígeno y enchufarse a la carrera de la vida, donde ya ha alcanzado el mayor premio.