Un agricultor suele recibir una media de 0,20 euros por un kilo de manzanas, muy lejos de los 1,89 euros que paga un consumidor cuando lo adquiere. Desde el año 2008 la patronal agraria COAG, junto a las asociaciones de consumidores Ceaccu y UCE, analizan las grandes diferencias que se registran entre los productos en origen y en destino. Todos los meses elabora un índice (IPOD) en el que sintetiza esas diferencias en los productos agrícolas y ganaderos. En el mes de abril, ese índice refleja que los consumidores pagan hasta 5 veces más por los productos agrícolas de lo que reciben los agricultores, mientras que el índice ganadero refleja que en la cesta de la compra los productos animales se multiplican por tres.

Pero no solo las manzanas, hay otros productos, incluso, que superan estas diferencias. Es lo que sucede con los calabacines. El agricultor recibe 0,12 euros por kilo, mientras que en la frutería llega a 1,55 euros, es decir, se multiplica casi por 13 veces su valor. También es significativo el incremento de la berenjena. Un kilo se paga a 0,20 euros, pero el consumidor desembolsa 1,75 euros (8,7 veces más). También es importante la variación en el repollo, por el que hay que desembolsar 7,4 veces en la tienda o la cebolla, que multiplica por 7,1 su valor.

Importante es la subida que se observa en el caso de las aceitunas de mesa, por las que recibe el productor una media de 0,92 euros por kilo y el consumidor paga cinco veces más (4,84 euros). La variación en la naranja es de cinco meses entre el origen y el destino (0,29 euros y 1,44). En el caso del ajo, que se encuentra en plena recolección en la variedad china, el productor recibe 1,75 euros por kilo, mientras que en el establecimiento comercial llega a 5,63 euros. Curiosamente, el aceite de oliva virgen extra, que ha tenido un gran incremento en origen respecto al año anterior, es el producto en el que se observa una menor diferencia en origen y en destino. Así, el aceitero recibe una media de 3,94 euros por kilogramo y el consumidor paga 4,96 euros, lo que supone una diferencia de 1,2 veces. En el caso de la ganadería, donde hay más diferencia es en el cerdo, por el que se paga 3,8 veces más en destino, y en la ternera, por la que se abona 4 veces más.