La Asociación Amigos de los Patios de Córdoba nació a principios de los años 70 con la intención de preservar uno de los rasgos de identidad de la ciudad, los patios de vecinos, en una época en la que comenzaba la «burbuja inmobiliaria» y se apostaba por la construcción de bloques de pisos que ponían en peligro las viviendas tradicionales de Córdoba, como relata el presidente del colectivo, Miguel Ángel Roldán. La idea de la junta fundacional era adquirir el máximo de casas posibles, pero solo lograron hacerse con dos, la de la calle San Basilio, 50, y la Casa de las Campanas, en las Siete Revueltas.

La primera de ellas se convirtió en la sede de la asociación, una antigua casa de vecinos repleta de plantas que han fotografiado los turistas de todo el mundo que cada año vienen a Córdoba para conocer la Fiesta de los Patios, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2012.

Hoy el Alcázar Viejo, San Basilio, tiene una especial vinculación con esta fiesta, ya que los cuidadores de los patios, como en otros barrios, «se están encargando de hacerlo mejor cada año» en el concurso.