Las contradicciones en las que ha incurrido José Bretón, el padre de los pequeños que desaparecieron el 8 de octubre en Córdoba, le llevan a dar "a entender que habría quedado con sus hermanos en la Ciudad de los Niños, cuando resulta que los hermanos descartan entre ellos tal posibilidad".

Según el auto del magistrado que instruye las diligencias, José Luis Rodríguez Lainz, "el primer conocimiento de esta pretensión sucedería cuando José Bretón ha llegado ya a la calle Pintor Espinosa", en el parque Cruz Conde, y concluye que "no tiene la más mínima razón de ser que el encartado, tras despertarse los niños teóricamente sobre las 17.30 horas" --en la finca de los abuelos paternos en Las Quemadas Altas-- "no transmita a sus hermanos, que están en el entorno de La Viñuela, que va para la Ciudad de los Niños".

El padre de los niños está recluido en la prisión provincial de Alcolea desde el 21 de octubre por detención ilegal cualificada por desaparición de menores y simulación de delito, y en esta causa está personada la familia materna --que reside en Huelva-- como acusación particular. Bretón insiste en que perdió a sus hijos Ruth, de seis años, y José, de dos, en un despiste en el parque Cruz Conde.

El juez insiste en las contradicciones y señala que "primero llama a sus hermanos para comunicarles la desaparición, de una forma extraña, pues da un aviso a su hermano y le cuelga" y conversa solo 19 segundo con su hermana. "Luego pregunta en la entrada de la Ciudad de los Niños, cuando resulta que el registro de las cámaras de seguridad tiene lugar entre el escaso lapso de tiempo transcurrido entre la primera y segunda llamada".

Vuelve el auto judicial a incidir en las distintas versiones sobre la forma en que se produce la pérdida. Primero "habla de que se sienta un momento en una barra de madera en una explanada de gran visibilidad", luego sugiere "que se había traspuesto momentáneamente" y por último da a entender, "poco antes de decidirse su detención, que se había acercado al coche".

Estos datos y bastantes más que se adjuntan en el escrito hacen pensar al juez que Bretón "pudiera haber planteado una estrategia dirigida a confundir, o incluso dar pistas falsas, demostrando una frialdad extrema en una forma de actuar que podría presuponer una premeditación absoluta". Ningún testigo vio a los niños en el parque.

También le extraña que "deje que un niño de dos años, con ciertos problemas de movilidad, vaya por delante con su hija, atajando por el parque Cruz Conde, cuya extensión impedirá, desde luego, suponer que unos niños de tal edad sean capaces de recordar el camino".