Aplicar la normativa y también la lógica. Esta parece ser la propuesta de hosteleros y ciudadanos, que solicitan en el primer caso un mayor control de los incumplimientos para evitar la competencia desleal y en el segundo, la búsqueda del equilibrio entre el disfrute de las terrazas y el de la vía pública. De este modo, el inicio de la campaña para sancionar a aquellos establecimientos que incumplan la ordenanza de veladores ha suscitado distintas reacciones, aunque quienes afirman cumplir los requisitos piden, justamente, que se hagan cumplir a los demás.

Este es el caso de José María Martos, un trabajador de Mari Paz, en La Corredera, que explica que "hay muchos bares y la mitad no tienen licencia", por lo que en ocasiones reciben el permiso para instalar veladores sin que se haya controlado la existencia de esta autorización. Este profesional recuerda que "a nosotros nos exigen sanidad y tenerlo todo en regla", por lo que reclama "que se lo exijan a ellos también" y apunta que, en su opinión, la concesión de las terrazas "ha podido tener un afán recaudatorio".

En el lado de los usuarios, Gema Jiménez se encontraba ayer con su familia en la calle Claudio Marcelo y explicaba que "me gusta hacer uso de las terrazas y le dan más vida a la ciudad", aunque "muchas veces se colapsan" y "dependiendo de la zona y del bar es complicado seguir andando". Un vecino del Campo de la Verdad, Rafael Rueda, coincidía con esta apreciación y apuntaba que "no me molestan, pero algunas veces impiden el paso en las aceras". Esta situación se complica cuando los viandantes tienen movilidad reducida y en este sentido Maravillas del Pino comentaba que "por mi minusvalía necesito más espacio que otras personas, pero no me molesta siempre que haya lugar por un lado y por el otro".

Un paseo por la calle de la Plata permitía observar los mapas de veladores concedidos por Urbanismo y exhibidos en los locales, y Antonio Galindo, propietario de DVinos, recordaba el importante desembolso económico que tienen que realizar para poder instalar mesas al aire libre, así como la creación de puestos de trabajo. A su juicio, "no se exige lo mismo en todas las zonas de Córdoba".

Por otro lado, en la plaza de San Miguel el regente del Bar La Esquina, José Antonio Pimentel, manifestaba que en los últimos años se ha quintuplicado la presencia de negocios en la zona y subrayaba que "se ha pasado mucho la mano, permitiendo instalar veladores sin licencia de apertura. Está todo masificado y los que llevamos tantos años --yo llevo 26-- tenemos esa competencia".