Una tarde lluviosa y fría como la del pasado domingo invitaba a pasar la tarde en casa, sentado en el sofá junto al calor del brasero y en compañía de un libro o la televisión. Pero numerosas personas pensaron que ese refugio era el Gran Teatro para presenciar la cuarta preliminar.

La chirigota infantil Los auténticos superhéroes animó el ambiente con dos pasodobles en los que mostró su amor hacia sus padres, pero también denunció el acoso escolar y pidió «respeto entre los menores». Acto seguido, la primera comparsa de la noche, Simples Marionetas, presentó un tipo de padres divorciados que solo puede ver a sus hijos los fines de semana. Aunque tras su presentación, se convirtió en «superpapá». En su segundo pasodoble, contaron una historia de una mujer maltratada, pero al final de la copla cambiaron el sentido y fue un mensaje para una «Córdoba esclavizada y maltratada» que «debe hacerse valer».

Tras el mensaje positivo de esta comparsa, la chirigota de Bailén El rey de la pista convirtió el Gran Teatro en la mismísima calle del Infierno. Con un tipo de coches de choque, interpretaron una simpática actuación con un popurrí que tuvo golpes de humor.

En la parte intermedia de la sesión, el coro de Espiel presentó La tierra de la alegría. Esta tribu africana enseñó en su primer tango las diferencias entre un tercer mundo que es feliz con poco y un primer mundo en el que «la gente rica no sonríe porque vive para el dinero». En el segundo, defendieron el amor entre homosexuales. Su popurrí hizo vibrar al respetable dada su variedad musical. El ecuador de la función correspondió a La pandilla papilla ‘chirigota infantil’, que denunció la hambruna infantil. Tras esta actuación, regresó la comparsa con El señor hipócrita. Procedente de Peñarroya-Pueblonuevo, este grupo mostró la dura realidad de niños que necesitan un tratamiento.

El último tramo de la sesión comenzó con la chirigota Nos pierden las formas. Estas figuras del juego Tetris tributaron de manera original el 3x4 y criticaron las evasiones fiscales de los futbolistas famosos. La penúltima actuación fue de la comparsa sevillana Los patitos feos. Denunciaron el maltrato y sobresalió la voz de una componente femenina en el popurrí.

El cierre lo puso la chirigota Qué bien bailan las hijas de Putin. La agrupación de Carmen García regresaba al Gran Teatro tras su ausencia del 2016 y dedicó un pasodoble a los autores que no concursan este año tras la polémica suscitada en torno a la Asociación Carnavalesca. Les recordó que «aquí había un carnaval mucho antes que un primero». Tras unos simpáticos cuplés, un divertido popurrí generó una gran ovación.