La lluvia ha frustrado las expectativas en el comienzo de las cruces de mayo, mientras que ha cambiado la cara de los miles de agricultores y ganaderos de la provincia. La llegada del agua era la noticia más esperada en el campo cordobés desde hacía semanas tras un inicio de la primavera que ha estado marcado por las reducidas precipitaciones y las altas temperaturas. Entre el jueves y el sábado se han registrado en la ciudad de Córdoba 60 litros, llegando a cifras extremas en algunas zonas de la provincia como el río Bembézar (Hornachuelos), donde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha medido 128 litros. También ha sido significativo el volumen de agua recogido en el embalse de Bembézar (81,5) o en el de Sierra Boyera (71,8) y Puente Nuevo (69,7). Por el contrario, los valores más reducidos se han dado en el pantano de Iznájar (14,5), El Tejar (16,2) o en el Genil-Cabra (18,5). La media de precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir en Córdoba se sitúa en esta semana en 43,9 litros. Estas precipitaciones han permitido que los embalses de la cuenca del Guadalquivir recojan desde el jueves 21 hectómetros cúbicos (de los que 3 corresponden a los situados en Córdoba). Los pantanos de la provincia almacenaban ayer 1.760 hectómetros cúbicos y se encontraban al 51,58% de su capacidad, lejos de los niveles de hace un año. Así, a finales de abril del 2016, se encontraban al 63,9% y retenían 2.180 hectómetros cúbicos.

El delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, aseguró ayer que el agua caída durante estos últimos días ha sido «extraordinaria» para el campo. «Los cultivos se encontraban mal por la falta de agua. Ahora, estas lluvias vienen muy bien para el olivar, los cereales y el resto de cultivos, además de favorecer el mantenimiento de los pastos en la dehesa», explicó Zurera. Agricultura precisa que el agua ha llegado un poco tarde para algunos cultivos como el trigo, que adelantó el comienzo de la siega para la elaboración de ensilado. Para el girasol han sido muy beneficiosas, pues esta oleaginosa ya presentaba problemas en su desarrollo por la falta de humedad. En el caso del olivar, el agua ayudará a una buena evolución de la floración, que ya comenzaba a preocupar por el estrés hídrico en el que se encontraba el cultivo. Precisamente, las consecuencias que podrían producirse en la próxima campaña ha provocado que el aceite de oliva suba sus precios y esté el virgen extra a 4 euros por kilogramo. Por otra parte, las lluvias están permitiendo también un alivio para los cien mil alérgicos que hay en Córdoba al polen de olivo y de gramíneas. La Red Española de Aerobiología (REA) señala que, debido a las altas temperaturas que se registraron los primeros días de esta semana, habían coincidido en el tiempo las primeras concentraciones moderadas de polen de olivo, con más de 200 granos por metro cúbico, y las de gramíneas (éstas en niveles algo más bajos, de unos 50 granos por metro cúbico). A partir de concentraciones de 100 granos los alérgicos al olivo ya notan síntomas y desde los 25 granos, los de gramíneas. Hasta estas lluvias estaba habiendo mucho polen en el ambiente, aunque no todo era de tipo alergeno, precisa la REA, pues además de los pólenes de olivo y gramíneas, que son los que causan mayor alergia entre los cordobeses, ha estado habiendo de otras especies, como las ortigas. «Tras estas precipitaciones, se espera que continúe el ascenso en la polinización de olivo y gramíneas la semana que viene y que para finales de mayo se den las concentraciones más altas», añade la REA.