José Villamor y Amalia Pedraza son dos de los portavoces de la Plataforma Ciudadana para la Defensa del Sistema Público de Pensiones en Córdoba. Villamor, natural de La Carlota, es abogado y economista y se jubiló hace siete años. Pedraza, nacida en Salamanca, es trabajadora social y se jubiló hace cinco. Ambos proceden del colectivo de yayoflautas de Córdoba, un colectivo de mayores que defiende el mantenimiento del Estado del bienestar.

-¿Cómo surgió la plataforma en Córdoba?

-José Villamor. La plataforma se creó el pasado año en Córdoba. Los dos somos yayoflautas y nos mueve la lucha contra la violencia de género, el paro o la corrupción y en defensa de la sanidad, la educación o las pensiones. Nos movemos por el respeto a los derechos humanos. El 2 de marzo del 2017 tuvimos una asamblea en el colegio público Hernán Ruiz, a la que fueron más de cien personas y se acuerda que las personas participen a título individual y se constituye la plataforma. En una segunda asamblea, el 18 de mayo del 2017, se lee un manifiesto base y se aprueba.

-Amalia Pedraza. Junto a la aprobación del manifiesto, se decidió adherirnos a la plataforma estatal y al movimiento andaluz por la defensa de las pensiones públicas. A final de junio se presentó una moción en el Ayuntamiento y siguieron otras iniciativas. El 22 de febrero de este año hicimos una convocatoria, a la que fueron muchas personas y después apoyamos la manifestación del 8 de marzo y el 17 de marzo organizamos nuestra movilización, que tuvo un gran éxito.

-¿Cuántas personas están?

-J.V. Hemos hecho la tercera asamblea y ahí fueron unas cien personas.

-A. P. La comisión gestora está integrada por una veintena de personas, que nos hemos dividido en tres áreas.

-¿Cuáles son los objetivos principales que se marca el colectivo?

-A.P. La revalorización de las pensiones y la derogación de la reforma laboral. Todo está vinculado.

-J.V. Nuestro objetivo es la defensa del sistema público de pensiones, que, con las limitaciones que tiene, es bueno. Habría que corregir las pensiones mínimas, tanto las contributivas como las no contributivas, que se deberían igualar como mínimo al Iprem, que está en 537 euros. Y las mínimas tendrían que equipararse al salario mínimo, que también reclamamos que suba hasta 1.080 euros. Eso es un proceso paulatino.

-¿Por qué piensan que surgió este movimiento reivindicativo, por el deterioro del Estado del bienestar con la crisis económica?

-A.P. Entiendo que sí. Llegó un momento en el que la gente está cansada de tanta mentira, de que nos dijeran que no había dinero para unas cosas y sí para otras, de que se nos ningunee continuamente, pese a que la gente lo está pasando muy mal. Durante la crisis, como trabajadora social, me encontraba con situaciones bochornosas. Abuelos a los que sacaban de residencias para poder mantener a la familia. Abuelos que vivían bien, se encontraban con hijos en el paro, nietos que mantener... se tiraba con su pensión y sus pocos ahorros. Eso hace que la gente comience a moverse. Se nos está engañando, crecen los desahucios, gente que se iba a la ruina. Eso ha movido todo.

-J.V. Creo que también ha incidido que los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, pactaron la reforma del 2011 con Rodríguez Zapatero, que fue un palo al sistema público de pensiones. Ahí estuvieron los sindicatos y eso creó cierto malestar. Luego la reforma del 2013, que aprobó una subida de solo el 0,25% al año, además del factor de sostenibilidad. Eso ha hecho que surjan las plataformas.

-¿Cuál es la situación del pensionista cordobés? ¿Está en peores condiciones que en otras provincias?

-J.V. La situación es más complicada por el tejido productivo cordobés, la importante economía sumergida que hay y la temporalidad. Las cotizaciones son muy bajas y la mujer aún está peor. Tenemos pensiones bajas porque hemos tenido trabajos malos y bajos salarios.

-A.P. Estamos en una provincia bastante agrícola y ahí se da otra historia, que es la economía sumergida, la inmigración y la peor situación de los trabajadores. Con esta situación y la elevada tasa de paro, los jóvenes se van de Córdoba.

-¿Qué les parece cuando desde hace años se dice que hay que cambiar el modelo productivo?

-J.V. Por supuesto que hay cambiarlo. Aquí tenemos el sol y es una pena que no se haya hecho un esfuerzo en aprovechar esa energía. Es clave cuando vemos que está subiendo el petróleo. Eso repercutirá mucho. Hay que hacer una transición energética y no depender tanto del petróleo. Eso crea puestos de trabajo. Hay que rehabilitar el parque de viviendas y eso genera empleo.

-A.P. Para tener pensiones dignas debe haber salarios decentes.

-¿A quién temen más, a Donald Trump o a Cristóbal Montoro?

-A.P. A los dos. Uno es un borrico y el otro te da zanahorias podridas.

-J.V. Con Albert Rivera no mejoraría la situación, porque implementaría la política neoliberal.

-¿Cómo es posible sostener el sistema público de pensiones cuando los ingresos del Estado son limitados y hay otras necesidades también obligadas?

-J.V. No tiene sentido soportar las tarifas planas de autónomos, las bonificaciones de contratos. Si ganas más de 3.351,2 euros al mes, que son 45.014 al año, no pagas más Seguridad Social. Queremos quitar ese tope para que el que más gana pague también más. Las cotizaciones sociales han ido reduciéndose con los años. En 1982 eran del 32,1%, ahora son del 28,3%. La aportación del trabajador ha quedado más o menos fija, la de los empresarios ha bajado casi cuatro puntos. Hay una serie de medidas que podrían ayudar a aportar entre 30.000 y 40.000 millones. Hay que recurrir a impuestos. En España se paga alrededor del 8% por los presupuestos generales para pensiones, pero en países como Alemania se paga entre el 20 y el 25 por ciento con impuestos.

-A.P. Hay que aportar fondos a las pensiones a través de impuestos, pero también hay que luchar contra la economía sumergida. Es un bien para el sistema, pero también para la persona que está en esa situación, que está perjudicada. Hay que combatir el fraude.

-J.V. Para combatir el fraude hay que dotar de medios a la Inspección de Trabajo. No solo hay que combatir el fraude laboral, sino también el fraude fiscal. Hay que hacer una reforma fiscal en profundidad. Hoy las rentas del capital no están tan gravadas como las rentas del trabajo. Hay que incrementar el gravamen de las rentas del capital. El impuesto de sociedades hay que incrementarlo. Está a la mitad que en 2007. Si se quitaran esas bonificaciones y se pagaran más impuestos para las pensiones, se eliminarían muchos problemas. Con una sociedad más igualitaria hay más cohesión social y es mejor para todo el mundo.

-¿Qué les parecen las recomendaciones que llegan desde organismos internacionales de que hay que tomar medidas para evitar el colapso del sistema público de pensiones en España?

-J.V. Las organizaciones internacionales preconizan reformas desde el punto de vista neoliberal. España dedica el 11% del PIB a pensiones, pero es que Francia destina el 14%, por ejemplo. Hay dinero para pagar la crisis de los bancos, la nacionalización de autopistas,... Ellos no creen en el sistema público de pensiones, no creen en el Estado de bienestar, en la educación pública... Desde Europa preconizan que las pensiones sean privadas,... Pretenden que haya una pensión mínima por ley.

-A.P. Quieren que volvamos a la beneficencia.

-J.V. Nos parece muy bien que haya planes de pensiones privados, pero que no tengan bonificación. Lo que se pagan son más de 2.000 millones que podrían ir al sistema público de pensiones.

-¿Por qué subirán las pensiones más de lo anunciado por el Gobierno inicialmente, por las movilizaciones o por el acuerdo con el PNV por los presupuestos?

-A.P. Por las movilizaciones de la calle. Si nos hubiéramos quedado jugando al dominó o haciendo calceta seguiríamos con el 0,25%.

-J.V. Los derechos se adquieren, no se reciben desde el poder. Se logran luchando por ellos.

-¿Se conseguirá mantener este movimiento reivindicativo?

-A.P. Veo mucha manipulación. Los grandes medios no nos dicen lo que está pasando en países como Francia. Allí existe ahora mismo un gran movimiento social.

-J.V. Es difícil mantener el movimiento social mucho tiempo, pero las plataformas han demostrado que han tenido capacidad de movilización. Nosotros luchamos también por las pensiones de los jóvenes, por su mantenimiento. El sistema de pensiones es sostenible y tiene futuro.