Las cofradías de la diócesis de Córdoba tendrán que dar al Obispado el 10% de sus ingresos anuales. Así lo ha decretado el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, quien ayer lo expuso en el encuentro anual con los consiliarios, presidentes de agrupaciones y hermanos mayores de hermandades y cofradías.

Este "diezmo", como lo denominó el prelado, está recogido en un documento que fue entregado a los asistentes y que la diócesis ha denominado Fondo Común Diocesano. La medida, que también se aplicará a las parroquias, nace con un espíritu de "solidaridad y comunión" y con el cual "deberán cooperar para subvenir a las necesidades de la diócesis".

Según el artículo 2 de este estatuto, el porcentaje se destinará, entre otros fines, a "sostener el culto divino, sustentar honestamente al clero y demás ministros, y hacer las obras de apostolado sagrado y de caridad, sobre todo con los más necesitados".

La medida cogió por sorpresa a los hermanos mayores asistentes, que en el turno de preguntas no pararon de hacer mención al tema en cuestión.

Ante la avalancha de preguntas, muchas de ellas sin contestar, el delegado diocesano para hermandades y cofradías, Pedro Soldado, zanjó el tema señalando que "vamos a aceptarlo y afrontarlo, no hay que asustarse ni mucho menos hacer de esto un problema".

Un decreto que para muchos hermanos mayores parece desmedido, si tenemos en cuenta la actual aportación de las cofradías a la Iglesia a través de la obra social conjunta de las cofradías, la obra social de cada hermandad o la aportación mensual a la parroquia.