Los parroquianos de la iglesia de San Miguel despertaron ayer asustados por la aparición de un artefacto incendiario en una de las ventanas del inmueble, concretamente, en la que se encuentra en el ábside, según fuentes cercanas a la parroquia. Tras dar la voz de alerta, varias patrullas de la Policía, incluida una de la Policía Científica, acudieron al lugar para recoger huellas e investigar lo ocurrido, ya que según fuentes parroquiales, llueve sobre mojado porque hace unos días apareció una pintada en la fachada que decía «vais a arder». No es la primera vez que se encuentran pintadas amenazantes en esta iglesia, cuyo párroco es Francisco Orozco Mengívar, pero sí la primera que los actos vandálicos van más allá de los insultos o escritos.

Al parecer, el artefacto, una botella con líquido inflamable cuyo contenido exacto no fue desvelado ayer por la Policía, que confirmó que se está investigando lo ocurrido para esclarecer los hechos, se introdujo en el poyete de una ventana tras romper una rejilla anterior. Junto al artefacto apareció un papel con signos de haber sido quemado. Afortunadamente, el líquido en cuestión no llegó a arder, por lo que no se produjeron daños de ningún tipo. Aunque el coctel molotov fue localizado a primera hora de la mañana, todo indica que los asaltantes habrían depositado el artefacto en este lugar durante la noche. La parroquia de San Miguel denunció ante la Policía Nacional el acto vandálico y el Obispado de Córdoba anunció que también lo haría en la comisaría del casco histórico. La Policía Nacional no quiso desvelar posibles pistas ni las hipótesis que se barajan sobre lo ocurrido.