Puente Genil es el municipio de Córdoba que ilumina las fiestas del mundo entero. Y todo con aquella primera estrella de Navidad con bombillas colocada en el escaparate de la tienda de electrodomésticos que abrió Francisco Jiménez en 1945. Él fue el fundador de lo que hoy conocemos como Grupo Iluminaciones Ximénez, empresa líder en el sector de la decoración artística que vive su mejor momento y que ya se posiciona como una de las cinco mayores fábricas de luces de Navidad del mundo. La empresa abre sus puertas a CÓRDOBA, donde nos recibe en su despacho el presidente de la compañía, Francisco Jiménez Rosales. Un hombre cercano desde el mismo momento en el que estrecha la mano de su interlocutor; sencillo, contundente y seguro en su lenguaje, y entusiasta e ilusionado con la labor desarrollada tanto por su familia como por su equipo humano.

-Cuando alguien sale a la calle y contempla cualquiera de sus diseños, lo primero que debe saber es que todo lo que vemos ahí fuera y lleva la firma Ximénez tiene un largo periodo de trabajo detrás.

-Contamos con dos vertientes. La primera está compuesta por una serie de materiales almacenados en nuestro stock, que dispone de figuras rotativas que se pueden colocar en Cádiz, Valencia o Burgos. Cada cinco o seis años, los materiales de esos diseños se van renovando mediante la fabricación de motivos nuevos utilizando las últimas tecnologías y respetando siempre el medio ambiente. La segunda vertiente se da cuando ciudades como Madrid o Málaga nos piden un diseño específico del cual puede encargarse nuestro equipo, aunque hay casos en los que nos traen el producto que desean, del cual se encargan a veces profesionales del mundo del diseño como el arquitecto alemán Ben Bucher y de la moda como Devota y Lomba o Agatha Ruiz de la Prada, que colaboran con nosotros de forma altruista con un boceto. Desde que el motivo se desarrolla, se estudia y, sobre todo, se observa en proporción con vistas a que los colores y su envergadura gusten, se inicia el proceso de fabricación. Se hace el proyecto con las medidas adecuadas e Ilmex, una de las empresas del Grupo Ximénez, fabrica los materiales. Una vez realizado, desarrollamos una prueba técnica en un lugar interior o exterior para que el cliente lo vea y confirme que el resultado final es el deseado.

-¿En qué ciudades del panorama nacional e internacional está presente el Grupo Ximénez?

-En total hemos montado entre 45 y 50 millones de puntos de luz en todo el mundo. Este año iluminamos casi la totalidad de las capitales de provincia de España. Como novedad, nos hemos consolidado en Galicia y hemos entrado en las Islas Baleares. Estamos en ciudades como A Coruña, San Sebastián, Logroño, Vigo, Valencia, Ibiza, Granada, Córdoba o Sevilla. Estamos presentes en más de cuarenta países de todo el mundo y, por ejemplo, en Ostende (Bélgica) hemos instalado un túnel de características similares al de la calle Larios de Málaga. Además, en El Salvador hemos montado un pino navideño de unos 40 metros de altura. También estamos entrando en Marruecos. La tradición de poner luz a la Navidad o a las ferias está en Andalucía. En el extranjero lo que hay instalado es un reflejo de lo que tenemos aquí, porque fuera de nuestras fronteras iluminan de otra forma sus fachadas, jardines, casas o comercios. Algo que ya hemos hecho anteriormente y que este año será visible en todas las fachadas de los establecimientos de la compañía de joyas Tiffany & Co ubicados en la Quinta Avenida de Nueva York. Nos demandan todo tipo de diseños. En Dubai hemos puesto una especie de diamante gigante, lo que quiere decir que estamos abiertos a un abanico muy amplio de posibilidades para establecer colaboraciones, relaciones de compra y venta.

-Siempre tratan con un cariño especial a Puente Genil, el lugar donde se encuentra la empresa. ¿Cuál ha sido la apuesta de Ximénez para esta Navidad en el municipio y en cuántos de la provincia de Córdoba prestan servicio?

-Hablando de la zona centro, en La Matallana de Puente Genil hemos instalado un bosque encantado con elementos de diez metros de altura con luces led dual que cambian de tono y metacrilato para que decoren de día. Y el jueves inauguramos en el Paseo del Romeral un túnel de sesenta metros de longitud con led inteligente que cambia de color constantemente y que lleva música sincronizada. Lo hacemos porque es nuestro pueblo, que desde hace veinte años es nuestro laboratorio de pruebas. Además, al alcalde y a su concejala de Festejos siempre les digo que les hacemos un presupuesto de sentimiento porque el Ayuntamiento no podría pagar lo que cuesta esa iluminación. Hablando de la provincia, trabajamos con municipios como Montoro, Aguilar de la Frontera y Córdoba capital.

-El grupo Ximénez está batiendo sus propios récords. ¿Qué momento atraviesa la empresa?

-Está en la punta del iceberg y no nos vamos a poner límites, aunque las cosas no vienen por casualidad. El Grupo Ximénez está preparado para cualquier tipo de evento, presupuesto o trabajo que nos puedan encargar sin importar el tamaño, la distancia o la capacidad que tenga. Tenemos una flota propia de 120 grúas, 12 trailers y 25 camiones ligeros. Y en los últimos diez años hemos pasado de tener algo más de cien empleados a más de trescientos. Ahora contamos con una plantilla fija al año de unos 290 empleados distribuidos en todas las empresas de la compañía y en Navidad subimos a más de 500 por una razón muy simple: en España y en el extranjero todo el mundo quiere ser el primero en tener su alumbrado, y en muchas capitales ya se enciende el último viernes de noviembre. No hay más remedio que hacerlo. Además, procuramos que todos nuestros servicios directos o indirectos los presten personas de Puente Genil, porque es una empresa familiar de la que tenemos el gusto de conocernos todos y ponernos cara. Somos una empresa cercana de Puente Genil para Puente Genil.

-El Ayuntamiento de Puente Genil acaba de conceder al Grupo Ximénez la Medalla de Oro de la Villa. ¿Qué significa una distinción así para una empresa con espíritu local pero con alma internacional?

-Es importante y muy especial. Mi padre, Francisco Jiménez Carmona, recibió la Medalla de Plata en 1996. Ahora el Grupo Ximénez recibe la de Oro y es para manifestar mi alegría y mi gratitud al Ayuntamiento, así como a todas las personas y estamentos que lo han hecho posible. Recibir un galardón de esa categoría es el summum de nuestra empresa. Nuestros empleados sienten orgullo por el reconocimiento recibido, que al igual que yo como presidente y los socios, lo vamos a disfrutar y sentir por lo que hemos luchado para que el resultado sea el crecimiento y la evolución que hemos tenido.

-Un gran presente. Pero, ¿por dónde van las expectativas de cara al futuro?

-No es lo mismo arreglar una calle que ponerle una iluminación, que es el atractivo de todo el mundo. Eso te ilusiona. Decía mi padre que si una madre va con su hijo de compras, el pequeño se va a sentir siempre atraído por la calle con luces. Y le va a pedir a su madre que lo lleve a pasear por ahí. El futuro es de la tercera generación de la familia, y está garantizado porque está preparada y el mundo entero ya conoce la marca Ximénez. Si nos tenemos que poner un reto, es que necesitamos ubicarnos en un lugar más amplio porque en este edificio no cabemos, ni en los terrenos que tenemos adquiridos junto a la A-318 entre Puente Genil y Herrera, que suman diez hectáreas. El problema que tenemos con el espacio no es grave, pero sí penoso. La empresa familiar es mucho más rápida en las reacciones pero a veces más compleja para decidir. Está compuesta de gente joven, con una media de edad razonable, y tenemos que ponernos varios hermanos de acuerdo. Tenemos entre 80.000 y 90.000 metros cuadrados de ocupación y necesitamos una parcela de unos 300.000 con tal de unir todas las empresas del grupo que tenemos en Puente Genil. El Ayuntamiento, y en este caso el alcalde, ya está al tanto y cuando llegue el momento nos sentaremos, pero, ¿qué hacemos con todos los espacios que tenemos ahora? Este edificio se hizo a imagen y semejanza nuestra. Era para nosotros y lo convertimos en una especie de hotel. Yo en particular le tengo mucha nostalgia a este edificio y me costaría mudarme, pero entiendo que de cara al buen funcionamiento del futuro de la empresa sería necesario.

-¿Dónde está el secreto para mantener la ambición de la empresa?

-En la ilusión. La tercera generación de la familia ha roto la puerta del mercado mundial porque sabe que el futuro de la compañía está ahí, y tiene ganas de luchar porque nos ha costado diez años entrar en él. Lo hicimos a través de la feria Christmas World de Frankfurt (Alemania), donde contamos con un estand que tiene un coste de unos 250.000 euros. Hoy no dejamos de recibir peticiones de todo el mundo, y al mundo le encanta lo que hacemos porque estamos capacitados para crear un traje a medida. Además, el hecho de que hayan coincidido en el tiempo tres generaciones de la familia, desde mi padre, que fue el fundador, hasta los que componen la tercera, eso hace que entiendan el trabajo.