El precio de la luz vuelve a subir. Será un 3,2% de media y aunque es hoy cuando el Boletín Oficial del Estado publica la medida las nuevas tarifas se aplican ya desde el 1 de agosto. Las organizaciones de consumidores alertan de que los ciudadanos pueden llevarse "un susto" con las nuevas facturas, advierten que los más castigados serán los que menos consumen y que las viviendas con menos consumo podrían encarecer su factura hasta un 50%. ¿Por qué sucederá eso? El ascenso de costes será muy desigual porque, junto a la subida anunciada, se va a producir un "importante cambio" en la forma de cobrar. Por un lado el término fijo, lo que se paga por cada kilovatio de potencia contratado, subirá hasta un 77% y, a cambio, el precio del kilovatio/hora bajará un 22%. "Estos cambios implican que el importe fijo pesará más, perdiendo importancia los términos variables (la luz que se consume). Será por lo tanto un desincentivador del ahorro", dice la OCU. Así, las casas que más gastan sin precisar una elevada potencia se verán beneficiadas y, sin embargo, se perjudicará a las viviendas vacías, las de bajo consumo y, especialmente, quienes tengan contratada más potencia de la que realmente necesitan.

Facua, por su parte, advierte de que la reforma eléctrica del Gobierno plantea modificaciones importantes, sobre todo en la tarifa mayoritariamente contratada por los españoles: la tarifa de último recurso (Tur). Rocío Algeciras, de Facua, aventura que "nos espera un otoño caliente" en esta materia ya que "actualmente el Gobierno está preparando más de 13 normas nuevas para revisar el precio de la luz". Facua también recomienda que se revise la potencia de luz que se tiene contratada. Paloma Gómez, de la Federación de Amas de Casa y Consumidores Augusta, dice que la medida "no va a acabar con el déficit tarifario y no va a dar más transparencia al mercado de las eléctricas". Esta federación estima que en los últimos 8 años el precio de la luz se ha encarecido un 80%.