En su declaración ante el juez, Hortensia R. relató que había sido víctima de violencia de género a manos del padre biológico del niño y que, por este motivo, el progenitor se encuentra en la cárcel, según desveló ayer su abogado, Raúl Arroyo. A lo que no hizo mención es a que tuviera problemas económicos que la hubieran llevado a no poder pagar el alquiler de un piso y que su casera la hubiera puesto en la calle el día antes del suceso, como sostuvo a las puertas de los juzgados una de sus hermanas. El abogado insistió en que la mujer vivía con un compañero sentimental que ejercía de padre del pequeño y dijo desconocer que Hortensia R. fuera madre de otros dos hijos de una relación anterior y que hubiera perdido su custodia, tal y como relataron algunos familiares.

El letrado dudó también de que la mujer hubiera manifestado al ser ingresada en el hospital que había ingerido tranquilizantes y cervezas, y en cualquier caso señaló que su discurso el sábado era "muy incoherente". Según Arroyo, el shock que padecía era "incompatible con la lucidez", por lo que puso en tela de juicio lo que dijera tanto al ser rescatada como en el hospital. Antes de caer al agua, un viandante avisó al 112 de que la mujer estaba "indispuesta y desorientada".

Mientras tanto, los familiares de la mujer reclamaron ayer el cuerpo del pequeño en el Instituto de Medicina Legal --donde se le hizo al autopsia-- para proceder a su incineración. Por expreso deseo, le dieron su último adiós en un acto íntimo.