Terminó la carrera de Ciencias Físicas porque le gustaba, pero tardó lo suyo, pues desde que obtuvo la tarjeta de estudiante y, con ella, el acceso libre a la informática e internet, "se desvió mi vida profesional". David Merinas (35 años) cree que los estudios universitarios le han proporcionado una herramienta importante para su mente y su trabajo, pero su formación en informática e internet ha sido a través de Google, de algunos cursos y buscando por sí mismo.

Al tiempo que estudiaba Física aprendía informática y trabajaba en ello: "Dí clases en colegios, me ocupé de redes en McDonald...". En el año 2007 "ví que había terminado la carrera, y que lo que hacía por cuenta ajena no me terminaba de llenar", explica. "Tampoco quería dejar Córdoba", y tuvo como referente a su esposa, que acababa de abrir un centro de estética. Así que, relata, se dijo: "¿Por qué no puede funcionar conmigo eso de trabajar por mi cuenta?". Se lo propuso entre bromas y veras a unos amigos, y crearon Deidos. Luego se vio que una cosa es la amistad y otra la empresa. Un año después, de aquellos cuatro socios solo quedaban dos, él y Alfonso Bugella, y ahí siguen.

Deidos nació en el 2008, y ha ido cambiando. "Fuimos dejando las redes, la venta y reparación de ordenadores...", dice, y se especializaron en el desarrollo y diseño web y el márketing digital. Admite que una web la puede hacer cualquiera hoy día, y gratis, pero no lo ven como competencia. Al contrario, "pueden ser nuestros clientes del futuro". Sus clientes son en su mayoría empresas que ya están en internet "y necesitan algo más, asesoramiento, cambios en su estrategia on-line y mejora de su producto". Y lo argumenta: "Antes se decía que lo importante era estar en internet, pero ya no lo es, en internet está todo el mundo, y ahora la clave es destacar".

En esa pugna, en la maraña de las redes sociales, David Merinas piensa que las cosas se simplifican. "Nos han puesto a todos al mismo nivel", pues una pyme puede competir sin rubor con una gran corporación que, aunque tenga ventajas obvias, no puede quitarle esa oportunidad al pequeño. Pero las redes sociales requieren mimo, estrategia y atención al mensaje que se recibe, y muchas empresas e instituciones descuidan esos aspectos.

A los socios de Deidos les va bien, tienen esperanza en el futuro y aguantan la crisis, aunque cada vez la notan más en los retrasos en los pagos. ¿Ayudas? Pues más que subvenciones preferirían "que nos levanten el pie del cuello en materia de impuestos, que nos dejen respirar".