Pasa a la página siguiente

Ayer no fue 28 de febrero, pero como si lo fuera. El Teatro Góngora acogió el preludio del Día de Andalucía en un acto ineludible en vísperas del 28-F, presidido por la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, y la delegada del Gobierno, Rafi Crespín, donde un ramillete de cordobeses recibieron el reconocimiento explícito de la Junta de Andalucía por su contribución al desarrollo de la comunidad. Como dijo Diógenes, «el movimiento se demuestra andando» y eso es lo que hacen cada día decenas de personas que, de forma más o menos pública, ponen las pilas a Córdoba para hacerla avanzaro. Este año, la Junta de Andalucía ha elegido once ejemplos de talento, de emprendimiento y de valores para premiar a los cordobeses que mueven Andalucía y que ahora podrán presumir de un galardón de lo más original, inspirado «en el ondear de la bandera blanquiverde», diseño de la Escuela de Joyería de Córdoba y de la Escuela del Mueble de Encinas Reales. «En un momento en que parecen estar en riesgo los valores de encuentro, acogida y tolerancia», Crespín abogó por la igualdad, «que no significa uniformidad», y por «una acción colectiva de la ciudadanía en defensa del sistema democrático». Por su parte, Aguilar recordó que este año se cumple una década de la reforma del Estatuto de autonomía y animó a los andaluces a «seguir construyendo futuro».

Para comprobar los méritos de los premiados, conviene ir uno a uno. Diseños Carodi, representado en el acto por Manuel Morales, es una empresa de joyería de largo recorrido, con 40 empleados y 30 puestos indirectos. Mientras otras firmas del sector sucumbieron a la crisis, Diseños Carodi ha sobrevivido gracias a la exportación. «El 70% de su producción se vende fuera», explicó Morales, que agradeció un reconocimiento que les ha permitido mostrar que, «desde hace tiempo, la joyería no es un banquillo y una lima sino un sector moderno e innovador».

Por la Red de Centros de Educación de Adultos de Córdoba, Natividad Sanz agradeció un galardón que llega «30 años después del que nos dio la Unesco» por una campaña que erradicó en tiempo récord el analfabetismo. «Nos emociona que se reconozca el esfuerzo de los profesores y de los alumnos que han pasado por nuestros centros», recalcó, antes de recordar cómo ha cambiado el espectro al que se dirigen. De una mayoría de mujeres que no sabían leer ni escribir a adultos que buscan en estos centros abrirse a la era digital, formarse para insertarse laboralmente o empaparse del bilingüismo imperante. Portavoz de los premiados, Sanz dio las gracias en nombre de todos, a quienes «el único mérito que se nos puede atribuir es trabajar, hoy un milagro, en lo que nos gusta, con profesionalidad y entrega», aseguró.

La Fundación Proyecto Don Bosco, un nombre clave en el trabajo con los jóvenes en situación de exclusión social por distintas circunstancias, agradecía ayer el premio, no solo por poner en valor el trabajo de voluntarios y trabajadores «sino por poner el foco en los chicos que pasan dificultades, que tienen alguna desventaja social», recalcó el director general de la entidad, Ignacio Vázquez.

Los jóvenes científicos de la UCO también estuvieron representados investigadores noveles como Ana Mª Herruzo, Blasi Pereira y Francisco J. Palacios que reivindicaron más becas de investigación y recibieron el premio «con una enorme alegría de que se valore nuestra actividad en la Universidad de Córdoba».

Mª Carmen Flores, miembro de la Policía Local desde los años 80, ponía ayer voz a la decena de compañeros que componen la Unidad de la Mujer de este cuerpo, especializado en la atención a víctimas de violencia machista. «Estamos muy orgullosos y esto nos da un impulso para seguir luchando por estas mujeres», admitía, antes de recordar cómo ha cambiado la atención en estos años desde que empezó a funcionar la unidad, cuando las mujeres acudían temerosas de prestar declaración contra su agresor.

El alcalde de la Carlota recogió la distinción de los pueblos carolinos fundados en 1767 por iniciativa de Carlos III, que cumplen su 250 aniversario, y que han sido un ejemplo de integración y elemento precursor de la UE. «Queremos aprovechar para impulsar el turismo y el desarrollo de nuestros pueblos», anunció Arturo Granados.

En el ámbito creativo, la Junta distinguió el trabajo del director de la revista Ánfora Nova, José María Molina, con una trayectoria de 28 años, y de la Asociación de Fotógrafos de Naturaleza, Fonacor, que ahora cumple una década de imágenes.

Por último, la Junta vino a reconocer la trayectoria de tres grandes figuras de áreas muy distintas. Al cardiólogo José Suárez de Lezo, tras 40 años de dedicación, que se mostró especialmente emocionado por haber sido elegido a propuesta de la Asociación de Pacientes Cardiacos. Al ingeniero agrónomo Cristóbal Lovera, uno de los artífices del regadío en la provincia, que insistió en que el mérito es de «la preclara visión del sector agrícola y del impulso de las administraciones». Y al cantaor Manuel Moreno Maya El Pele, que cerró el acto interpretando el himno andaluz, definió Andalucía como «la cuna del que sufre, del que ama» como «una soleá profunda o un cante por bulerías» y dedicó el galardón a «todo el que se siente flamenco» y a quienes le han ayudado a pasar el trance de su enfermedad.