El consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Fiscal, se ha comprometido con el futuro del Banco de Germoplasma que alberga el Real Jardín Botánico, unas instalaciones con 3.300 muestras de semillas, algunas de ellas de especies autóctonas en vías de extinción, que preservan este legado biológico y sirve en ocasiones para recuperar, reintroducir o fortalecer las poblaciones de especies vegetales en desaparición.

Fiscal anunció este compromiso durante una visita al Banco de Germoplasma, acompañado por la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, y numerosas autoridades y con el director de la entidad como guía, Esteban Hernández, y meses después que desde determinadas fuerzas políticas se le reprochara a la Junta haber olvidado sus aportaciones a este proyecto clave que se desarrolla desde el 2001 entre el Igema, la Universidad de Córdoba y la propia Consejería.

Durante el encuentro con la prensa, el consejero dio cuenta de que la Administración autonómica continúa trabajando en el expediente, que ya es sancionador, contra Recicor XXI por las irregularidades encontradas tras el incendio vivido el pasado mes de octubre en sus instalaciones, así como contra Oleícola El Tejar por el vertido al río Guadalquivir de orujo en junio del pasado año. El consejero, sin embargo, no quiso adelantar cuál puede ser la calificación y la cuantía de las sanciones que se impongan, mostrándose especialmente escrupuloso con el trabajo que realizan actualmente los técnicos de la Junta. Sobre la necesidad de nuevas normas para impedir incidentes medioambientales tan graves como éstos, Fiscal consideró que “hay suficiente normativa”, considerando que lo importante “es que se cumpla y que esto no pase”.

También, preguntado por la situación de la empresa Cosmos y las acusaciones de que se le han dado datos erróneos a la Junta para que ésta concediera determinados permisos, el consejero defendió la rectitud de la Consejería en sus competencias, recordando la responsabilidad de cada cual pueda tener, y consideró que “tengo entendido que el mayor problema de Cosmos no es tanto por lo que hace sino dónde lo hace”, una cuestión que ya depende de “cómo la ciudad quiera ordenarse”, que está en manos de la Gerencia de Urbanismo y en la que el consejero no puede ni debe pronunciarse por respeto a la autonomía de la Administración local, afirmó el consejero.