«Tras los acontecimientos vividos en Cataluña, y como catalán que soy y nacido en Barcelona, siento vergüenza por lo que se está haciendo con el tema de la independencia, creo que los políticos catalanes han perdido el norte, respeto las ideas, vengan de donde vengan, me gusten o no, pero solo deseo que la cosa no vaya a más. Nací en Barcelona, he estado 30 años en mi ciudad natal pero mis hijos nacieron en Córdoba y de Córdoba es mi mujer, me siento catalán y cordobés, y mi reflexión es que debemos convivir todos en libertad y en paz, dentro de un marco democrático sin dejar en la cuneta ni a catalanes ni a españoles..... Cataluña necesita España y España necesita Cataluña, visca Cataluña y viva España». Este es el post en el que Julio Delafuente, catalán afincado en Villafranca ha resumido su postura en Facebook. «El tema es complejo, en Cataluña existe un debate abierto incluso en el seno de las familias porque para mucha gente si no eres independentista no quieres a Cataluña ni eres buen catalán», afirma Julio. Militante del PP, se muestra crítico con el modo en que el Gobierno central ha llevado el asunto. «Creo que habría que sondear y conocer la opinión de la calle y usar la política para solucionar el problema, hace unos años no había tanta gente en Cataluña a favor de la independencia, pero las posturas se han radicalizado y creo que el Gobierno se ha equivocado al no ofrecer diálogo». Pese a todo, a día de hoy, cree que se está gestionando «de forma moderada, sin buscar la provocación». Según Delafuente, «después del 2 de octubre habrá dos Cataluña enfrentadas a las que será muy difícil reconciliar». Según su testimonio, el independentismo se ha arraigado a estas alturas incluso en los hijos de los inmigrantes que llegaron a Cataluña en los años sesenta o setenta. «Muchos sienten que es su forma de agradecer, de identificarse más con esa tierra y a veces son incluso más radicales que los hijos de catalanes». Julio señala también el papel que ha tenido la educación en los últimos años. «Se ha transmitido un mensaje que ha alimentado el independentismo», afirma, aunque considera que «quienes piensan que la independencia acabaría con los problemas de Cataluña se equivocan».