Pepe tiene una responsabilidad. Cada mañana, este muchacho sale de su casa con su gorra de policía para hacer su ronda por la plaza de Las Tendillas, con su walkie en la mano y fijando su atención en cualquier problema que pueda surgir a los viandantes. Pepe cumple un papel que ansiaba con representar pero lamentablemente nunca podrá interpretar. Pero, ¿qué más da? Unos dicen que "juega a ser normal" y yo pienso que nos iría mucho mejor en este mundo si lo "normal" fuera "jugar" de esa manera. Pepe da los buenos días a todos los que se cruzan y, tanto dependientes como vecinos, le tenemos un enorme aprecio. No han sido pocas veces las que ha intercedido en acaloradas discusiones entre "sin techo" de la plaza y aun así le guardan respeto. Pedir a coches que reduzcan la velocidad durante la salida de los niños de los colegios, recoger basura que alguien ha dejado fuera de las papeleras... Pepe es un chico muy especial por un millón de cosas y ninguna de ellas es porque tenga síndrome de Down.

Hace relativamente poco, uno de esos iluminados que hablan en televisión --no voy a perder el tiempo en decir su nombre-- se refirió a las personas con esta alteración genética como "subnormales". Pero eso no es lo grave, ya que es una palabra que históricamente ha ido relacionada con este síndrome; sino que, ante los requerimientos de otros asistentes a esta tertulia política de que corrigiese esa denominación, el susodicho energúmeno se reafirmó en sus palabras, diciendo que son "subnormales" y que nadie le iba a decir cómo llamarlos.

Déjeme decirle una cosa, señor Nart -- ¡vaya! ya se me ha escapado el nombre--. Hay personas como usted que creen estar sobre el bien y sobre el mal; desde la atalaya de una exquisita formación académica --algunos, ni eso-- y un aseado currículo, pueden justificar cualquier aseveración sin que haya margen a una respuesta justa. Pues, déjeme decirle también, que no estoy de acuerdo con su argumentación. Los hombres y mujeres como mi amigo Pepe no son "subnormales"; de hecho, ni siquiera se les puede considerar enfermos. Este trastorno genético, causado por la presencia de una copia exacta del cromosoma 21, se caracteriza por una discapacidad cognitiva congénita y rasgos faciales muy reconocibles.

Yo no soy médico para explicarle las connotaciones de este síndrome; pero "subnormal"--a pesar de la desafortunada definición de la RAE-- es aquello que está por debajo del umbral de la normalidad respecto a cualquier aspecto. Por ejemplo, la moralidad... "Subnormales" son los cientos de políticos, empresarios y sindicalistas que están desfilando por los juzgados por robar a manos llenas ante la necesidad acuciante de muchos. "Subnormal" es la persona que maltrata a su mujer/esposo, hijos o padres. Hay muchos tipos de "subnormales", pero ninguna de esas catalogaciones responde a lo que significa mi entrañable amigo Pepe.

Piénselo un instante, desde ese escaño en el Parlamento Europeo que ahora ocupa. Tendrá tiempo, porque su trabajo es "subnormal" respecto al de muchos ciudadanos. Yo, mientras tanto, me sentaré enfrente de mi kiosco con mi amigo Pepe. Quizás me enseñe a "jugar a ser normal".

* Escritor