El titular del juzgado de Instrucción 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Lainz, quien ya archivó en octubre del 2012 el caso del supuesto bebé robado al nacer en el Hospital Provincial en 1985, ha vuelto a tomar la misma decisión después de que lo reabriera en diciembre del 2013 al aportar la familia un informe de exhumación y ADN realizado de forma privada y que parecía clave. Según este estudio, los restos que había en la sepultura en la que en teoría estaba enterrado el hermano gemelo de Andrés Cepas eran de una niña de entre 7 y 8 meses de gestación cuyo perfil genético no correspondía ni con el de la madre del gemelo ni con el de su hermano. Sin embargo, las pruebas practicadas desde entonces no permitieron confirmar esos extremos, sino que más bien plantearon "serias dudas", como ya avanzó el magistrado en un auto en julio del año pasado. Ahora, después de nuevas diligencias, Lainz ha terminado por no encontrar base suficiente para seguir adelante, según informó ayer la familia.

En el auto firmado en julio del año pasado, el juez ya señalaba que se había constatado la "imposibilidad absoluta" de recuperar la historia clínica referente al parto doble. Y de otro lado, de la documentación del cementerio de San Rafael no podía obtenerse una información "absolutamente fiable" de que en la sepultura abierta estuvieran los restos del gemelo de Andrés Cepas, e incluso "podría no descartarse la posibilidad de contaminación de muestras", teniendo en cuenta que el lugar donde se realizó la exhumación fue objeto de enterramientos "solapados u objeto de exhumaciones y reutilizaciones sucesivas desde primeros del siglo XX".

No obstante, para el juez "la conclusión más preocupante" era la de las dudas surgidas sobre el informe de ADN que encargó la familia, ya que el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses llegó "a cuestionar la metodología empleada". Primero, señaló la imposibilidad de obtener un perfil de ADN ante la insuficiencia y estado de deterioro de los restos recibidos, por lo que los resultados se estimaban insuficientes para excluir la maternidad y la hermandad. Y segundo, es que se partía de una "premisa mayor cuestionable", que no era otra que Andrés y su hermano fueron gemelos monocigóticos, es decir, que compartían ADN, cuando en realidad ninguna prueba había sobre este extremo.

SIN BASE SUFICIENTE Ante esto, el juez acordó que el laboratorio que hizo los primeros análisis ampliara su informe y que la acusación particular presentara alegaciones o pidiera nuevas diligencias que dieran respuesta a "los serios interrogantes" planteados por el Instituto Nacional de Toxicología. Pues bien, ahora, una vez recibida la ampliación del informe, el juez ha decidido archivar de nuevo el caso al no encontrar base para seguir adelante. Según señaló ayer el abogado de la familia Cepas, aunque el laboratorio privado ha reiterado sus conclusiones, Toxicología sostiene que no puede obtener un perfil de ADN ante el deterioro de los restos, por lo que "no hay corroboración y el juez archiva". La familia Cepas, no obstante, recurrió ayer mismo la decisión, y mantiene que "existen pruebas" que "son contundentes" y que no se han realizado algunas diligencias claves. En este sentido, María José Cepas, hermana del gemelo, insistió en que "hemos demostrado que fue robado" y que el bebé "no está donde en teoría se le enterró", por lo que en el recurso vuelven a solicitar que testifique la monja que participó en el parto para "conocer la verdad".