Ellos, los jubilados que han contado a este periódico sus experiencias, reconocen que son «unos privilegiados», pues aún «nos da la pensión para vivir», pero piensan en sus hijos y nietos, cuyo futuro como pensionistas lo ven negro. Son jubilados activos y, lejos de la imagen del abuelo mayor de antaño, su aspecto físico es envidiable porque, como confiesan, hacen deporte, leen y, en su caso, no pierden de vista el sindicato UGT, en el que han desarrollado su vida paralela.

Eso sí, muy preocupados por el futuro pues, como explica Juan Luis Moriana, «los futuros pensionistas serán no mileuristas sino pobres de naturaleza y dependerán de sus hijos si ellos logran encontrar trabajo». Moriana, de 70 años y prejubilado de Telefónica a los 52, ha presentado ante sus compañeros jubilados y pensionistas de UGT el libro Tribulaciones de un jubilado, en el que a través de 120 artículos, todos publicados en Diario CÓRDOBA desde el 2012, se atreve a opinar de todo, de pensiones, dependencia, residencias de mayores, desahucios, sanidad e incluso del conflicto de Cataluña, y lo hace, afirma, «en un tono reivindicativo», pero también «intentando aportar soluciones».

Este activo jubilado, que fundó en el 2004, junto con otros compañeros afiliados, la asociación Aprecor (Asociación de Prejubilados de Córdoba), auspiciada por UGT, reconoce en uno de sus escritos que el concepto de mayor ha ido descendiendo en edad. «Ahora, una persona se considera vieja con más de 50 años para encontrar trabajo y muchos están en paro». Los más mayores pasan al estatus de «abuelos colaboradores» y finalmente «llegamos a ancianos». Moriana dice que los mayores «son a veces dependientes de otros, gruñones, tosen, roncan o se orinan en los pantalones. Al final de su vida solo aportan preocupaciones o problemas, aunque muchas veces lo compensan con su pensión, que sirve para remediar en parte las molestias que generan». Una pensión que «en Córdoba es de las más bajas de España y está llevando a los pensionistas al umbral de la pobreza». Hablando de conflicto catalan, Moriana confiesa: «Los que tendremos que independizarnos de este Gobierno somos los jubilados; solo nos quieren para que les votemos».

Dionisio Valverde acaba de jubilarse, en diciembre del 2016, como funcionario de la Junta en la Consejería de Empleo. «Ahora, mi vida como jubilado es hacer mucho deporte, leer y dedicarle más tiempo a la familia». Germán Toledo, que fue secretario general de la UJP-UGT Córdoba, se jubiló hace 10 años, con 63, y ahora ve con preocupación los «recortes grandísimos» que se han hecho en las pensiones, por lo que «para nuestros hijos y nietos el futuro es muy triste y desolador». José Luis Espinar es otro prejubilado de Telefónica que admite que «llevo 19 años sin ir a la empresa a producir, pero no sin trabajar». «Hago mucho deporte, leo y el resto, para la familia», dice, mientras que Francisco Muñoz, que lleva tres años jubilado, admite que «llevamos una vida de lucha sindical por los trabajadores y seguimos sin darnos un respiro». UGT y su familia siguen siendo sus grandes preocupaciones.