Tras una larga enfermedad, ayer murió en Sevilla, a los 78 años de edad, Juan Antonio Carrillo Salcedo, un hombre sabio y bueno a la vez. Reproduzco a continuación fragmentos de una nota redactada por mí y publicada hace unos años en este diario con motivo de su nombramiento como hijo predilecto de Andalucía. Esto es todo lo que la tristeza del momento me permite escribir. "El Consejo de Gobierno de la Junta ha adoptado una decisión sabia al nombrar hijo predilecto de Andalucía a un hombre sabio, Juan Antonio Carrillo, doctor honoris causa por cuatro universidades, incluida la de Córdoba. Sabio porque, aparte de ser la persona de más estatura intelectual y visión global que he conocido, se trata de alguien caracterizado por su humildad, su honradez, su claro sentido de la dignidad personal, propia y ajena, y su respeto a los demás". "Catedrático de universidad a los 28 años, este sevillano universal ha logrado como nadie transmitir la idea de la misión de transformación de la sociedad internacional que desempeña hoy un derecho internacional al servicio de la paz, de la promoción y protección de los derechos humanos, del desarrollo integral de los pueblos y de la preservación del equilibrio ecológico del planeta. Su amplia y selecta obra científica no está, por tanto, desligada de ideologías". "El hijo predilecto de Andalucía nunca ha tenido carné de un partido político, aunque se trata de una persona ideológicamente comprometida con lo que su corazón le dicte". "Hombre de su tiempo, fue miembro del consejo de administración de aquel aliento que significó en la dictadura la revista Cuadernos para el Diálogo y, ya en la transición, tuvo un papel protagonista en la incorporación de España a la Europa de los valores democráticos y de los derechos humanos". "Hombre de ley y, al mismo tiempo, hombre de fe y esperanza; pero, sobre todo, Juan Antonio Carrillo es un hombre bueno, un hombre que admira, precisamente, al Papa bueno, Juan XXIII, tanto por su humildad como por su utopía y preocupación por los débiles. Acogiéndose a unas palabras del Papa santo, ha expresado en alguna ocasión que "lo que sabe de su cortedad le basta para su propia confusión", pero con convicciones firmes e irrenunciables, como cuando afirma que cada ser humano, cada comunidad humana, tiene la obligación positiva de ser el guardián de su hermano en el mundo injusto, desbocado y convulso que nos ha tocado vivir". "No es un hecho frecuente que se distinga con honores como éste a personas que han preferido renunciar a la tentación de altas instancias internacionales y nacionales para dedicarse a su verdadera y más querida profesión, la universitaria. En esta ocasión, ha ocurrido al ser nombrado profeta en su tierra un ser de una categoría intelectual y humana excepcional". Descanse en paz.

OTROS FALLECIDOS

Fernando Villar Bares. 83 años. Córdoba. Antonio López Rojano. Córdoba. María Roquesa Villegas Torres. Córdoba. Carmen Alcaide Calero. Puente Genil. Rafael Alijo Márquez. 68 años. Puente Genil. Carmen García López. 89 años. Lucena.