Belmonte, el escultor cordobés vivo más premiado, con más encargos y con un mayor número de obras en las calles de la ciudad, ultima un conjunto escultórico para el Alcázar Viejo, el segundo con el que se rendirá homenaje en las calles a los cuidadores de los patios. Hace dos semanas inauguró un busto en recuerdo al párroco de La Trinidad Antonio Gómez Aguilar.

--Viniendo a la entrevista he pasado por la Puerta del Rincón y he visto a La Regadora . Sin duda, la escultura más fotografiada y retwitteada de Córdoba.

--Lo más bonito es que la gente la ha hecho suya. Creo que a Córdoba le faltaba un icono. El Cenachero en Málaga, la Sirenita en Copenague... Y la fiesta de los patios es lo más significativo nuestro. Ha sido muy bonito ver la aceptación y cómo se ha sentido la gente identificada.

--Pero ahora está preparando un conjunto espectacular para evocar el esfuerzo de los cuidadores de patios.

--Creo que va a ser algo parecido. Este lo veo incluso más explicativo, más intimista... El abuelo, que representa el esfuerzo de tantos años por mantener nuestros patios, y el relevo, que lo cogen las nuevas generaciones.

--Me recuerda en su espíritu a Tiempos de Cambio , de José María Serrano, en el Vial Norte.

--Sí. A mí me gusta mucho esa escultura.

--¿Tanto necesitamos en Córdoba esperanza de futuro?

-Necesitamos arte en las calles. Además creo que debería de estar legislado, como en muchas otras ciudades europeas. Esculturas de todas las tendencias artísticas. Es la forma de llevar a la gente al mundo del arte porque se le crea un espíritu crítico, una inquietud, y eso haría que demandase más. Nos quejamos de que la gente no se acerca a los museos y yo creo que uno de los problemas es que hay muy poco arte y el ciudadano se cree que es para una élite culta. Es como en el flamenco: una soleá, una seguidilla, no la comprende todo el mundo. Para acercar a la gente hay que tocar una rumba, una bulería...

--Pues mire, ¿usted qué cantaría siendo flamenco?

--No sé... Yo sería ortodoxo.

--Volviendo a lo que significa las obras para una ciudad.

--Córdoba es una ciudad especial. A veces queremos que Córdoba sea Barcelona, Madrid, más cosmopolita... Pero Córdoba es una ciudad pequeña, y es su fuerza, donde tenemos de todo y se vive muy bien, con arte por todos los lados. Las ciudades, lo mismo que las sociedades, van evolucionando de una forma lógica. Pero en Córdoba hay mucha cultura, y los artistas cordobeses nos damos cuenta cuando salimos fuera. Córdoba es una ciudad muy exigente que al artista le pone el listón muy alto, y eso tiene dos consecuencias: nunca está la gente contenta con lo que haces y, cuando sales fuera, te das cuenta de que tienes capacidad para comerte el mundo.

--Ya cuando empezaba, trabajando en Italia, decía que los artistas españoles tienen una formación envidiable.

--Sí, sí. Los artistas en otras ciudades están muy especializados en un área concreta. Yo hago de herrero al hacer la armadura, luego el molde, luego... Por ahí cada uno está especializado en un solo paso. El escultor tiene que dominar todas las técnicas, saber de todo. Nosotros tenemos una formación muy completa. Hay que tener una base.

--Hace 25 años ya decían en prensa que ya "no es una promesa, sino una realidad".

--Córdoba es la ciudad del eterno empezar. Se olvida muy pronto de sus artistas, todo lo contrario de lo que pasa en Sevilla, en Málaga... Poetas, escritores, actores... Se promocionan ellos mismos. Aquí nos cuesta.

--Estamos acostumbrados a ver regresar al cabo de los años a genios cordobeses reconocidos por el mundo. Pienso en Aurelio Teno, en Elio Berhanyer... Usted volvió en cuanto pudo.

--Soy de la Plaza de la Paja. Creo que el artista debe de estar en un sitio cómodo para vivir, para la creación. La sensibilidad de los monumentos, los aromas, el azahar, el clima... Pero claro, la cabeza y el trabajo deben de estar fuera de la ciudad. Es la obra la que debe de viajar, y siempre digo que la obra es más importante que el artista. Y ahora, con los medios... Bueno, este verano pasado estuve en Salamanca (se refiere al Spain Art Open House), ahora tengo tres exposiciones más (su trabajo vuelve a Salamanca y marchará a Zaragoza y Huesca). He tenido que estar en casi toda Europa. En Singapur, en Japón, En América, en... Claro que también estar por ahí fuera es duro. Costumbres, horarios... Córdoba es ideal para vivir y crear.

--Muchos turistas en Grecia se dan cuenta de que "Neupacto" es "Lepanto" cuando ven allí su escultura de Cervantes. También ha trabajado a 25 grados bajo cero.

--(Ríe). También. ¡Con los calores que tenemos aquí! Pues sí, aparte de ser campeón mundial de escultura en hielo (fue en Sauce D'Oulx, Italia) estuve en el Snow Show, el proyecto itinerante de las Olimpiadas de Invierno, junto a Norman Foster, Yoko Ono, Arata Isozaki, Jaume Plensa, Kiki Smith... Una experiencia pero... ¡Había veces que me quería morir! ¡Qué frío! (Ríe)

--En todo caso, no le asusta nunca cambiar de material.

--Pues no, yo creo que el artista debe de experimentar todo lo que pueda. De todo se puede sacar algo positivo. Cualquier artista de cualquier tipo de tendencia te puede sorprender, dar otra visión del arte o una idea. Es lo bonito: la pluralidad.

--¿No hay entonces algún tipo de arte que no le guste?

--Ya digo: yo lo acepto todo por sistema. Soy artista, no soy crítico, y el artista tiene una misión, el crítico otra, el galerista la suya, los museistas... Creo que el artista lo que debe de hacer es estar peleándose con su obra en su taller y dejarse de críticas. Es una pérdida de tiempo.

--Pero a usted sí que hay quien le critica.

--Claro. Aunque quiero pensar que son los menos. Tiene que haber arte para todos los públicos. A veces es una élite que prefiere la abstracción, el arte conceptual... Lo que no consiento es que me hablen de "modernidad" cuando me ponen como ejemplo obras de hace cincuenta o sesenta años. Yo también me considero "moderno", contemporáneo. Mi serie El Recreo de los Ausentes ha dado mucho que hablar por ser un tema muy actual (el alzhéimer) y una obra muy contemporánea.

--Me decía el que fuera director de la Academia Angel Aroca que "el andaluz es barroco".

--Sí, el barroco corre por nuestras venas. Estamos impregnados. Sin embargo, he intentado desprenderme de ese barroquismo. Estoy pensando en mis nuevas obras y creo que serán muy estáticas, sin posiciones forzadas. También se puede expresar belleza así, se trata de dotar a la obra de una personalidad propia, sacarle una psicología al modelo. Eso es algo muy complicado y tiene un trabajo también con el modelo. Yo hablo con él, incluso le provoco con un tipo de conversación porque quizá me haga la mueca que a mi me hace falta... No es tan fácil.