A sus 42 años y tras una breve pero sólida carrera, avalada por más de sesenta premios nacionales e internacionales, el director de cine cordobés Francisco Javier Gutiérrez se ha abierto camino en la inaccesible para muchos industria hollywoodense, lo que viene a ser como poner una pica en Flandes. Está previsto que el próximo noviembre se estrene en EEUU su película Rings , tercera entrega de la exitosa saga de terror The Ring , que desde abril ha estado rodando en Atlanta con gran sigilo, pues tiene prohibido por la productora dar pistas sobre los entresijos del filme. De lo que sí habla con franqueza este cineasta sin miedo al riesgo es de su experiencia americana. Y de lo mucho que le gustaría rodar en Córdoba.

--¿Cómo le ha ido el rodaje?

--Lo siento pero Paramount no me deja hablar de ello. Tan solo puedo apuntar que hay colgadas algunas fotos del rodaje y postproducción "no oficiales" en mis cuentas de instagram y twitter que actualizo cada semana: fj6utierrez.

--¿Le abruman las expectativas creadas, trece años después de la película original?

--Cualquier película es una responsabilidad. En este caso el precedente de las anteriores películas ejerce una mayor presión, pero, como ya me pasó antes con El Cuervo , uno aprende a aceptarla y a disfrutar en lo posible de la situación.

--¿Cuál es su sello, su aportación personal a esta tercera parte de aquel filme en el que Naomi Watts interpretaba a una periodista tras la maldición de una cinta que provocaba la muerte del que la veía?

--Lo siento pero ya digo que no me dejan hablar de la película.

--Bueno, pues cuénteme al menos si el rodar en inglés le dificulta las relaciones con actores y productores.

--Siempre resulta más complejo expresarte en otro idioma, la precisión en el lenguaje es importante a la hora de comunicar conceptos abstractos y hablar en términos creativos. Me tomó un par de años acostumbrarme al ritmo, vocabulario específico de la profesión y expresiones del idioma, pero el inglés ya no es un problema.

Siendo uno de los poquísimos españoles reclamados en una industria tan complicada como la de Hollywood, y además de Córdoba, tan lejana a todo aquello, Javier Gutiérrez reconoce entre risas haberse preguntado "casi a diario" aquello de "qué hace un chico como yo en un sitio como este". Y, sacando la vena nostálgica, no oculta lo mucho que añora sus raíces allá en tierra extraña. "Lo cierto es que se echan de menos esos paseos por las calles de Córdoba, la familia y amigos, pero trato de mantener contacto casi a diario, y escaparme siempre que puedo para no perder la perspectiva y olvidar de dónde vengo. En una ciudad tan dura y superficial como es Los Angeles es bueno no dejarte llevar. Muchos se han perdido en el camino.

--¿Se siente cómodo y bien tratado en EEUU?

--Sí, respetado profesionalmente y bastante cómodo, aunque siempre he sido muy "español" y con el tiempo y la distancia lo soy más. Dejando al margen la crisis, diferencias políticas, etc., como en España (y en concreto en nuestra Andalucía) no se vive en ningún lugar. La calidez humana, la espontaneidad, las ganas de vivir... y por supuesto las tapas, las ferias y el buen vino.

--¿Qué pasó con el remake de 'El Cuervo'? ¿Por qué se frustró su proyecto de dirigirlo y se ha quedado en la producción?

--El rodaje se retrasó un par de veces por diferentes motivos y surgieron conflictos de agenda con otros proyectos a los que ya me había comprometido como es el caso de Rings . Desde mi posición de productor ejecutivo sigo de cerca la evolución del proyecto ahora en preproducción, estoy seguro de que Corin Hardy, que es el nuevo director, James O'barr y el equipo de Relativity harán un trabajo excelente.

--¿Cuál de las dos facetas le llena más, la de director o la de productor?

--La de director. Aunque resulta agotador, es un trabajo personal, más gratificante, y, a pesar de las dificultades y de que a veces, como suele suceder en Hollywood, tu visión se vea diluida en el conjunto de las distintas voces que hay detrás de un proyecto, disfrutas cada momento, cada logro, por pequeño que sea, que queda reflejado en la pantalla.

Pisó Los Angeles por vez primera en el 2002, tras ganar el Premio Universal Studios al mejor director español por su corto Brasil , y desde entonces no ha perdido contacto, si bien intermitente, con la fábrica de sueños made in América . Pero fue en el 2008, tras el estreno de su primera película, 3 días , cuando volvió a Los Angeles, al principio para asistir al estreno de la cinta en el Festival de Cine de esa ciudad y después "a pasar un par de meses --dice-- que acabaron convirtiéndose en años tras firmar por un par de proyectos".

¿Fue difícil la adaptación a la meca del cine?

--La adaptación no fue fácil, el modo de trabajar y la presión varían sustancialmente cuando se trata de proyectos por encima de 30 millones de inversión como era el caso de El cuervo o de Rings , ambos financiados por un estudio.

--Su trama postapocalíptica de '3 días' no pudo tener mejor acogida de la crítica: se estrenó en el Festival de Berlín y triunfó en el de Málaga del 2008. ¿Cómo vivió aquel éxito?

--Tengo un buen recuerdo de aquella época, la acogida en el Festival de Berlín fue estupenda y eso ayudó a posicionar la película. Luego llegaron los premios de Málaga y otros festivales internacionales. No pudo ir mejor. Fue la recompensa a un proyecto arriesgado que contra todo pronóstico llegó a buen puerto gracias a la iniciativa y apoyo de Antonio Banderas y siempre de la mano de Antonio Pérez, uno de los grandes productores de este país al que admiro y aprecio, y al equipo infatigable tras su productora Maestranza Films.

--Su trayectoria está ligada al cine fantástico y de terror. ¿No le preocupa encasillarse?

--En absoluto. Me siento muy cómodo dentro del fantástico y no me preocupa encasillarme por un tiempo, al contrario. Tendré tiempo de explorar otros géneros cuando llegue el momento y el proyecto adecuado.

--¿Por qué están tan de moda el género de terror y las secuelas de cintas que triunfaron en él, como 'Poltergeist'?

--Hay diversos factores, el principal es que son películas dirigidas mayoritariamente a un público joven, y ese es el público que más frecuenta las salas de cine. Por otro lado, una secuela o remake de una cinta de género llama tanto a fans de la original, ahora treintañeros, como a jóvenes que desconocen la película y disfrutan con el cine de género.

--Sus seguidores elogian su estilo muy cuidado y su solidez como narrador, mientras sus detractores le reprochan la tendencia a lo macabro. ¿Qué responde usted a unos y otros?

--No creo tener una tendencia a lo macabro, lo que sí es verdad es que tanto en mi anterior película 3 días como en los nuevos proyectos en los que estoy trabajando se tratan ciertos aspectos oscuros del comportamiento humano. En relación con el estilo, es cierto que mi cine intenta cuidar los detalles en la medida de lo posible y hacer partícipe al espectador con los giros de la trama. Tirando del hilo de la memoria, es fácil imaginar de la mano de sus recuerdos al niño Javier leyendo cómics como un descosido, tebeos que eran de su hermano y que, tal como reconoce, de algún modo despertaron en él su vocación cinéfila, acabando por poner aquellos dibujos de intrépidos héroes en movimiento. "Mi infancia la pasé rodeado de mi familia y mi adolescencia fue bastante normal --recuerda--, buenos amigos que aún conservo y buenos momentos, salidas de copas, ferias, catas...".

--¿Sus padres qué dicen de su meteórica trayectoria?

--Mis padres están encantados. La verdad es que les costó algún tiempo entender mi profesión, no fue un camino fácil y el futuro era bastante incierto, pero ahora disfrutan con ello aunque a veces tenga que ser desde la distancia.

--Lo curioso es que en ningún momento se le ocurrió estudiar cine sino Derecho, que cursó en Madrid. ¿Por qué allí?

--Mis dos hermanas estudiaron Derecho en Córdoba, para mí estudiar Derecho nunca fue vocacional sino una decisión práctica. Por aquel entonces no existían escuelas oficiales de cine como las de Madrid o Barcelona, pero el hecho de vivir en Madrid me permitió aprender por otros medios y entrar en contacto con compañeros que compartían las mismas inquietudes. Fue así como reuní a un grupo de actores y técnicos con los que pude llevar a cabo mis primeros cortometrajes.

--¿Acabó la carrera? Se lo pregunto porque sé que siendo estudiante la energía se le iba rodando cortos.

--Sí, la acabé. Estudié cinco años de Derecho en Madrid. Lo alterné con clases de interpretación, obras de teatro y la producción de mis primeros cortometrajes, todos ellos de muy bajo presupuesto.

--¿Y qué lo decidió a hacer del cine su profesión?

--Tuve claro que tenía que intentarlo y decidí darme un tiempo. A los pocos meses después de acabar la carrera monté mi productora para buscar financiación y llevar a cabo mis proyectos. Aún recuerdo comprar un par de libros de empresariales para conocer los trámites legales y así constituir lo que sería mi empresa. Fue toda una aventura. Pero fue la única forma de poder avanzar dado que nunca tuve el respaldo de una productora. De cara al futuro, el cineasta espera, en un difícil equilibrio, volver a trabajar en España sin abandonar su carrera internacional. "Trabajar en EEUU tiene ventajas pero también inconvenientes en lo que respecta al control creativo y la libertad como director --admite--. Para proyectos más personales, sin duda se trabaja mejor en España".

--Y Córdoba, ¿no la ve como escenario de cine? --Siempre. Es una ciudad especial, con personalidad e increíbles rincones. Ya intenté rodar parte de mi opera prima 3 días en las calles de la Judería pero finalmente no fue posible por temas de producción. Espero poder volver pronto y sí, esta vez, rodar en mi tierra.