Comunidades sin luz, sin porterillos, con tuberías rotas, sin rampas de acceso para personas con problemas de discapacidad, solares abandonados, locales ocupados y garajes convertidos en basureros porque no se han entregado a sus propietarios. Este es el rosario de desperfectos que relatan los inquilinos de los pisos de alquiler de la Junta de Andalucía en el barrio del Guadalquivir y que ven con impotencia cómo sus escritos reclamando estos arreglos no son atendidos. Las manzanas más perjudicadas son la 1, 7, 9, 11, 12, 14, 15, 16 y 17, por lo que estamos hablando de un millar de familias afectadas. Ayer estos vecinos se dieron cita a las puertas de AVRA (la agencia andaluza propiedad de la Junta) para exigir una solución. Estuvieron acompañados por la diputada andaluza de IU Elena Cortés y la concejala Amparo Pernichi, también de IU, formación que ha presentado en el Parlamento andaluz una proposición no de ley sobre este problema. Pernichi explicó que recientemente se remodeló Fray Bartolomé de las Casas y un solar anexo: «A medida que dignificamos nuestra parte (la del Ayuntamiento) se resalta el abandono del resto», es decir la que compete a la Junta, dijo.

Isabel Márquez, presidenta de la asociación Amargacena, afirma que están «hartos de mandar escritos a la Junta» y de que no les contesten. «Nadie nos escucha. No van a hacer nada», lamenta esta vecina con el desánimo propio de quien lleva pidiendo algo mucho tiempo sin éxito. Isabel Sánchez, representante de los Barrios Ignorados, que tienen este mismo problema, y presidenta de la manzana 9, explicó que la situación es fruto de «la dejadez de décadas», que afecta a infraestructuras básicas en el acceso a las comunidades. Esta vecina mostró su preocupación por el problema de los locales ubicados en los bajos de esas manzanas, que están ocupados ilegalmente: «Necesitamos que se desocupen, se arreglen y nos dejen vivir en paz. Es imposible vivir así». Los vecinos sostienen que los pocos arreglos que se han ido haciendo han corrido a su cargo: «Somos personas de clase trabajadora y parados, nos cuesta mucho dinero mantener las cosas, pero nosotros solos no podemos», añade Isabel, que recuerda el problema que, como en otras zonas hay por la falta de ascensores.

Juan Abad, vecino de la manzana 12, opina que la Junta, antes de vender estos pisos, «tendría que arreglarlos». «En 33 años que llevamos viviendo allí no han hecho nada. Yo no compro el piso de la forma que está. La mancomunidad está hecha un asco», concluye.