La unidad de Neonatología, perteneciente a la unidad de Pediatría del hospital Reina Sofía, ha implantado medidas para el desarrollo neurológico y emocional de los recién nacidos que favorezcan las complicaciones derivadas de un parto prematuro. Según el hospital, los denominados cuidados centrados en el desarrollo y la familia (CCD), que están desarrollándose en las áreas de Neonatología de muchos hospitales, consisten en prácticas para favorecer el desarrollo de los bebés desde un nuevo enfoque que contempla una interacción dinámica entre el prematuro o prematura, la familia y el ambiente.

Estos cuidados implican medidas basadas en la reducción de los niveles de estrés a través de la optimización del ambiente (luces, ruidos), de la práctica del método canguro, evaluación y tratamiento del dolor, así como el reconocimiento de la familia como referencia permanente de la persona recién nacida, haciéndoles partícipes de los cuidados de su hijo o hija durante y después de la hospitalización. Respecto al ambiente, los profesionales de esta unidad mantienen una iluminación muy tenue para acercarse al bebé que acaba de abandonar (el útero).

Dentro del útero el feto se encuentra en un hábitat húmedo, oscuro y con escasos ruidos (los procedentes del organismo materno y algunos sonidos del exterior amortiguados). Para regular el nivel de ruido, el Reina Sofía ha instalado sonómetros en forma de oreja en las paredes de las salas de Neonatología y especialmente en Cuidados Intensivos Neonatales, para ayudar a los profesionales a adecuar el volumen de voz del personal sanitario, así como al ajuste óptimo del volumen de alarmas y otros equipos. Saber controlar el exceso de ruido produce mejoras en la salud del prematuro. Concretamente, disminuye el ritmo cardíaco, el ritmo respiratorio, se optimiza la presión arterial y mejora el sueño.