Salvaguardar unas 100.000 hectáreas de superficie forestal al año, las mismas que se pierden como consecuencia de los incendios cada temporada en nuestro país, bien merece una revisión de las políticas de planificación en la defensa contra estas catástrofes naturales. Este espíritu de visión crítica e intercambio de opiniones y modelos de gestión concluyó en 1999 con la celebración del I simposio internacional sobre esta materia, cuya segunda edición acoge cuatro años después, con 200 asistentes y desde ayer y hasta mañana, la Universidad de Córdoba, como muestra de la incorporación al debate del área geográfica de la cuenca mediterránea del sur de Europa.

Evitar el fuego es mejor que combatirlo

La idea de centrar la inversión más en el territorio y menos en los recursos de combate o lucha contra el fuego fue la más predicada ayer por los expertos de todo el mundo, que protagonizaron esta primera jornada en el aula magna de Rabanales. Jerry F. Williams, del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, fue el primero en introducir esta proposición, defendiendo la reducción de los combustibles ligeros como mejora de la gestión forestal que se hace en California. "En este estado --argumentó-- los servicios de extinción apagan el 99% de los fuegos cada año, pero el 1% que se les escapa tiene resultados catastróficos".

Más donde hay más pobreza y menos recursos

Complementando la filosofía de Williams, el doctor Dante Arturo Rodríguez Tejo, de la Universidad Autónoma de Chapingo, en México, afirmó que en su país y el área caribeña y de Centroamérica las zonas en que aumenta el área afectada coinciden con las poblaciones en las que la pobreza crece. Entonces, la disponibilidad de recursos se antoja, sin menoscabo de la atención a la prevención, como pilar clave de una buena política contra los incendios forestales, en tanto que su falta o escasez son una "posible limitación" de la eficacia.

Diferencias entre países y variedad de causas

La tabla que ordena, según su importancia, los factores que provocan que se produzca un incendio en los bosques es diferente según el país de que se hable. Guillermo Julio Alvear, de la Universidad de Chile, destacó este concepto de la diversidad al hablar de la situación en América del Sur, donde unos "23.000 incendios destruyen 4,8 millones de hectáreas de superficie forestal cada año". Aunque depende pues de cada zona, las causas mayoritarias son las quemas y los trabajos rurales, las actividades agropecuarias, los rayos y los fumadores.

Una Europa despoblada más inflamable

Para Ricardo Vélez, del Ministerio de Medio Ambiente de España, en nuestro país y en Europa en general --en especial, y por orden de gravedad, Portugal, Italia, Grecia, Francia y España-- la urbanización de la sociedad, o lo que es lo mismo, la despoblación de las zonas rurales, la falta de inversiones en el sector forestal y la progresiva disminución del interés legislativo en la producción de la madera dibujan un panorama en el que hay "un aumento de la biomasa y --por ende-- de la inflamabilidad, una acumulación incontrolable de combustibles ligeros, mayor gravedad de incendios por los rayos y escasez de financiación para trabajos de prevención y extinción".