La explosión de la cocina del Restaurante Chino Feliz, en la calle Alcalá Zamora, ha coincidido con la finalización de las obras en la urbanización Jardines de la Sierra, donde el incendio intencionado de un bazar chino dejó en enero del año pasado un total de 105 viviendas inhabitables. Dos meses más tarde, otro fuego intencionado en un negocio similar provocó el desalojo de vecinos en Ciudad Jardín. El siniestro de ayer no tuvo consecuencias tan importantes, aunque algunos vecinos alertaron de que los daños pudieron ser mayores porque, según afirmaron, en este local guardan el combustible y las motocicletas con las que realizan repartos a domicilio, y también bombonas de butano.

El regente del negocio, un ciudadano chino, declinó ofrecer su nombre a este periódico y realizar declaraciones sobre lo sucedido, y sus vecinos explicaron que tiene dificultades con el idioma español. Uno de los testigos de la explosión, el peluquero Jesús Moreno, admitió haber sentido miedo y afirmó que escucharon el ruido y, al salir a la calle, "se ha visto salir humo y polvo de las ventanas" del restaurante.

En el bloque afectado por este suceso Francisco Gracia, un vecino, señaló que antes de la deflagración escucharon "un zumbido raro" y, después, "la caída de los cascotes". Junto a este edificio, en la Clínica de Fisioterapia Vitae su director técnico, Manuel Orozco, destacó que tras el incendio "está todo lleno de humo" y precisó que "acabábamos de pasar la inspección de todos los aparatos".