La aparición de empresas de compraventa de oro en la provincia fue muy rápida, sobre todo en los años iniciales de la crisis económica, cuando numerosas personas tenían que recurrir a la venta de las joyas que poseían para hacer frente a sus deudas o poder llegar a fin de mes. Muchas familias se vieron en esta situación, pero también joyeros que aprovecharon, ante el fuerte aumento del precio del oro, para hacer caja ante las dificultades que tenían para vender la mercancía elaborada por la caída del consumo. El oro pasó en poco tiempo de tener un precio de 10 euros el gramo a 44 euros, siendo una manera fácil para encontrar liquidez con las reservas que poseían los joyeros. El importante volumen de negocio de los establecimientos de compraventa, junto con la presencia de varios laboratorios dedicados al afinado, provocó que Córdoba se convirtiera en una de las principales provincias españolas exportadoras de oro bruto.