Investigadores clínicos del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) han publicado un estudio ('DOFA-AP') que demuestra que una actitud de alerta por parte de los médicos de familia y de personal de enfermería de los centros de atención primaria ante la presencia de síntomas o signos de sospecha de trastorno del ritmo cardíaco resulta eficaz, ya que permite diagnosticar hasta un 6,7 por ciento de nuevos casos y, de esta manera iniciar precozmente su tratamiento y reducir la posibilidad de futuros accidentes isquémicos.

Así lo ha indicado el instituto en una nota en la que ha señalado que en este estudio, un ensayo clínico controlado, se han comparado dos estrategias de intervención, por un lado la toma del pulso arterial a pacientes mayores de 65 años asintomáticos, y por otro, a pacientes con algún síntoma o signo compatible con una fibrilación auricular, y aunque con el primer método se llega a detectar hasta un 1,1 por ciento de nuevos casos de esta patología, el segundo resulta seis veces más rentable.

El estudio, comenzado en 2012, y coordinado por los doctores Luis Pérula y Enrique Martín, técnico de Salud y tutor, respectivamente de la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Córdoba, ha contado con el respaldo de la Consejería de Salud, la Red Española de Atención Primaria y las sociedades andaluzas y española de Medicina Familiar y Comunitaria. Han participado 218 facultativos de medicina general, 101 enfermeros procedentes de 48 centros de atención primaria, localizados en 20 provincias españolas, y más de 7.000 pacientes.

La relevancia clínica de la fibrilación auricular reside en el hecho de que el 50 por ciento de los accidentes isquémicos se atribuyen a este tipo de arritmia, y si ésta se detecta precozmente, puede evitar la aparición de secuelas mayores, ya que actualmente se cuenta con un tratamiento efectivo para ello.

Una peculiaridad de este tipo de arritmia es que a menudo se diagnostica por casualidad (fibrilación auricular subclínica). De ahí la importancia de realizar este estudio, en el que se demuestra que prestar una mayor atención a las personas mayores que acuden a los profesionales de atención primaria por síntomas banales, como cansancio o intolerancia al esfuerzo, mareos, un ahogo, o palpitaciones, pueden ser una oportunidad para detectar una fibrilación auricular en sus primeros estadios, por lo que lo aconsejable en estos casos es tomar al paciente el pulso arterial, y si este es irregular, realizar un electrocardiograma para confirmar el diagnóstico.

Además de haberse difundido sus resultados en varios eventos científicos y lograr varios premios, el estudio ha sido publicado en revistas médicas de prestigio, como Medicina Clínica, una de las más relevantes en el plano nacional.