Todavía al contemplar las añejas fotografías de 1978 donde se ve humeando el retablo mayor de la iglesia de la Merced nos parece mentira que hoy vuelva a lucir en todo su esplendor.

Han pasado 36 años, con sus días y sus noches, para ver culminada una obra que con gran acierto el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, calificó el día de su reapertura al culto como "resplandor de la gloria".

Pero para llegar a esa gloria, han hecho falta muchas horas de trabajo y de empleo a fondo para ver hoy la iglesia en su esplendor. Un hecho que no hubiese sido posible sin la voluntad política de aquellos que en su día creyeron que se podía recuperar esta joya del barroco andaluz y sobre todo al actual equipo de gobierno de la Diputación de Córdoba, encabezado por su presidenta, María Luisa Ceballos, y sus vicepresidentes Salvador Fuentes y Manuel Gutiérrez, sin cuyo empeño quizás no podríamos estar hoy celebrando este acontecimiento.

Pero como decía al principio, ha sido fruto de un laborioso trabajo de rehabilitación al que tenemos que remontarnos a los meses siguientes al incendio de 1978, cuando el arquitecto provincial Rafael de la Hoz y su equipo comienzan estas labores de urgencia, con el fin de salvaguardar los restos del siniestrado templo que habían sobrevivido al intencionado fuego.

Eduardo Corona

Es en este momento cuando entra en juego Eduardo Corona, figura indispensable para la rehabilitación de la iglesia. Corona no era ajeno a la Institución Provincial, ya que llevaba años colaborando con De la Hoz en la restauración del patrimonio mueble de la Casa Palacio. Por ello, desde un principio ve que, como decía la prensa de la época, La Merced era "una pérdida recuperable". Corona tenía claro que era posible restaurar, no solo la iglesia, sino restituir el retablo mayor, algo que por aquella época voces autorizadas veían descabellado.

No obstante, años después, por mandato de Rafael de la Hoz, Corona pinta sobre el muro siniestrado el retablo a escala real. Fueron tres años de trabajo con todas sus líneas, ornamentación e imaginería. Un dibujo que nunca se hizo con la intención de reproducirlo, pero que sin duda fue el germen para marcar los inicios de la reconstrucción del retablo.

Tras diversas polémicas, que se pueden seguir perfectamente por las actas de los plenos de la Diputación y la prensa de la época, se pone en marcha un proyecto que pretendía dar vida al retablo con el pretexto de recuperar oficios artesanales.

Siete escuelas taller

Será en el año 1988 cuando la Diputación con un sólido proyecto dirigido por Eduardo Corona ponía en marcha la Escuela Taller La Merced I . El retablo, poco a poco, comenzaba a resurgir de la cenizas. Tras ésta llegarían cinco ediciones más con el nombre de La Merced y una última con el de Casa Palacio de la Merced . A lo largo de estos años se llevaron a cabo importantes logros sobre todo en las tres primeras ediciones donde una ejemplar coordinación por parte de Corona consolidó un proyecto que tras la marcha de éste fue declinando.

A pesar de estos 25 años de trabajo donde se formaron más de 300 alumnos en actividades artesanales como la carpintería retablística, el dorado, la talla o la imaginería entre otras, el retablo aún no estaba completo. Tan solo estaba ejecutado al cien por cien la talla del mismo, exceptuando dos peanas realizadas por el tallista Manuel Valverde, quedando un escaso cinco por ciento de dorado y dos tallas de imaginería por concluir.

Ultima intervención

A primeros de 2014, y ya sin escuelas-taller, se redacta un proyecto para intervenir en conjunto la iglesia de la Merced, en el que incluye la pintura, luz, megafonía y cómo no. la conclusión del aparato artístico de la misma. Un proyecto donde además del que suscribe, encargado de coordinar la parte artística del mismo, ha participado activamente el arquitecto de la Institución Provincial Joaquín Gómez de Hita y el jefe de servicio de conservación y mantenimiento, Jesús de Miguel, junto al personal de mantenimiento de la Diputación.

En lo que respecta al proyecto de reintegración del patrimonio mueble de la iglesia, presenta dos líneas de actuación. Por una parte, la recopilación de todos los bienes que habían sido de la iglesia y que hasta la fecha estaban repartidos en distintas dependencias de la Casa Palacio. Piezas que tras su precisa catalogación y estudio han sido restauradas por la restauradora de Diputación Ana Laura de Santiago Marín, para posteriormente ir ubicando en cada lugar de la iglesia, todo ello en base a un arduo trabajo de investigación.

En lo que respecta al retablo mayor se han colocado todas las piezas realizadas por la escuela taller, tales como distintas tallas doradas y las imágenes de San Ramón Nonato y San Pedro Pascual. En la parte central del retablo figura la imagen de la Virgen de la Merced de vestir que vuelve a presidir el retablo casi un siglo después. Se trata de la imagen que presidió el retablo desde el siglo XVIII y que fue sustituida por la Virgen de la Merced comendadora en la primera mitad del pasado siglo XX, imagen que pereció en el incendio de 1978. Para esta ocasión se le ha confeccionado un terno bordado en oro con piezas recuperadas por el bordador Antonio Villar.

En el resto de capillas han vuelto a lucir imágenes en su mayoría declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, todas ellas unidas al antiguo convento de la Merced, como el Cristo de la Merced, Jesús Humilde, la Virgen de la Soledad o San Ramón Nonato.

Cabe destacar la ubicación en el crucero de la iglesia de la serie sobre la vida del fundador de la Orden de la Merced, San Pedro Nolasco, realizada en el siglo XVIII para el claustro del convento. Tras la desamortización pasó a distintas dependencias, pasando por la iglesia como refrendan fotografías conservadas en el archivo de la Institución Provincial.

Con esta medida además de preservar su conservación, se podrán ver por primera vez, después de mucho tiempo, tal y como se crearon, es decir, para ser vistos en continuidad como ciclo narrativo.

Actuaciones pendientes

A pesar de todo el trabajo que se ha llevado a cabo aún quedan pendientes distintas actuaciones tales como la conclusión del dorado de la parte baja del retablo mayor en la actualidad estucadas por el dorador Angel Varo y la ejecución de dos imágenes. Asimismo, queda pendiente la terminación de varios zócalos con imitaciones a mármol, un paciente trabajo llevado a cabo por Manuel Rojano.

Es así como este bien patrimonial ha sido puesto en valor para el uso y disfrute de los cordobeses, quienes a través de un programa de visitas guiadas podrán conocer de cerca este retazo de la historia devocional y patrimonial de la ciudad que gracias a la Diputación ha recuperado su esplendor.