Al pasear por Ciudad Jardín, resulta difícil imaginar que hasta la década de los 50 gran parte de esta zona de Córdoba estaba repleta de huertas. Junto a ellas convivían varias fábricas, hoy desaparecidas, y algunas casas de dos o tres plantas, que daban al barrio un aire bastante rural. Algo más de seis décadas después casi no queda nada de aquel paisaje y hoy aquellas viejas calles de tierra por las que transitaban los carros albergan el continuo ir y venir de sus nuevos vecinos.

Ciudad Jardín es el resultado de la expansión urbanística de los años 50 y a mediados de aquella década «estaban bien trazadas las calles como son hoy en día», aunque sin urbanizar. Así lo recoge Rafael Gutiérrez, vicepresidente de la asociación de vecinos Nueva Ciudad Jardín en Historia de tu barrio, una publicación que vio la luz en 2015 y en la que el propio Gutiérrez recopiló numerosos datos del barrio.

Entre 1955 y 1973 «el proceso edificatorio de locales y viviendas es continuo, se va terminando de urbanizar toda la superficie de Ciudad Jardín, solo quedaban algunos solares vacíos y algunas naves, almacenes y talleres», y en 1984 esta zona «ya está totalmente construida y urbanizada», recoge el directivo de la asociación.

Es a partir de la segunda mitad del siglo pasado cuando el barrio comienza a llenarse de residentes, pero antes ya se habían construido algunos de los grandes edificios que hoy conforman su fisonomía actual.

Es el caso de la antigua Escuela de Veterinaria, que más tarde pasaría a ser facultad y que desde 2007 alberga el Rectorado de la Universidad de Córdoba. Se trata de uno de los edificios emblemáticos de Córdoba, un ejemplo de arquitectura regionalista, con «sabor neomudéjar» proyectado por el arquitecto Gonzalo Domínguez Espúñez, con una construcción «lentísima, ya que comenzó en 1912 y no se terminó hasta 1936», como detalló Francisco Solano en Rincones de Córdoba con encanto publicado por Diario CÓRDOBA. La presencia de esta facultad, origen de la UCO, popularizó el barrio entre los estudiantes que durante décadas han elegido esta zona de la ciudad para vivir.

Tras el edificio se urbanizó un gran jardín que contribuyó a que el barrio, en palabras de Solano, dejara de ser «una paradoja», ya que a pesar de su nombre careció de zonas verdes hasta que en el 2000 se inauguraron los Jardines Juan Carlos I.

Frente al Rectorado se encontraba por entonces el antiguo cuartel de artillería de principios del siglo XX, en el espacio que hoy ocupan la Gerencia Municipal de Urbanismo y Sadeco. Y muy cerca de allí, en República Argentina, la residencia militar ubicada junto a la Delegación de Salud de la Junta.

Ciudad Jardín acogió también la antigua estación de autobuses de Alsina Graells, una fábrica de gaseosas o un molino de aceite. Todo ello se perdió, aunque aún continúan de pie algunas de las viviendas de la época, como las casas de la calle 7 de mayo.

Con la consolidación del barrio llegaron los 80 y 90 y con ellos fenómenos desconocidos hasta entonces, como el botellón, ahora desaparecido en la zona, aunque durante muchos años puso en jaque a los vecinos y provocó las disputas con algunos propietarios de los numerosos lugares de ocio. Hoy el barrio continúa teniendo un nutrido grupo de tabernas y bares y junto a ellos conviven numerosos comercios de toda la vida a los que los vecinos, muchos de ellos mayores, siguen siendo fieles.