La obra gusta. A casi todos, porque el Hombre río ha conseguido descolocar a los políticos, que no saben si decantarse a favor de una obra escultórica de dos creadores cordobeses que han destacado por su originalidad o funcionar estrictamente como administración e impedir la apertura de una vía que permita a cualquiera colocar en el Guadalquivir o en otro enclave de la ciudad sus aportaciones personales de cara a la capitalidad cultural europea. La expresión más clara del desconcierto la ofreció la propia alcaldesa que, preguntada por los periodistas al respecto, explicó su visión con un lenguaje digno de un manual de marianoozorismo : "Todas las actividades que se realizan en el ámbito cultural tienen un punto de referencia hacia el futuro y algunas lo tienen en el momento en que se produce la actividad, otras con vocación de futuro". Todo un jeroglífico para los amantes del sudoku.

La delegada de Cultura, Mercedes Mudarra, no quiso decir si la escultura le gustaba o no, ni si el Hombre río debe permanecer en las aguas del Guadalquivir. Tan sólo explicó que "los artistas deben tener sus espacios, pero debe ser algo planificado y consensuado porque, si no, podemos convertirlo en un batiburrillo de cosas".

Las competencias de todo lo que se materialice en el cauce del río las tiene la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), cuyos responsables reconocían ayer que se trata de "un caso peculiar" al que nunca han tenido que enfrentarse y señalaron que "nadie ha hablado aún de sanciones". Tanto el ingeniero jefe de la CHG, Antonio Ramón Guinea, como el propio subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, dejaron ayer la patata caliente en el tejado del Ayuntamiento. "Si el Ayuntamiento propone que se legalice, podríamos encontrar fórmulas para su regularización", señalaron ambos, al reconocer que la obra escultórica "no supone un obstáculo técnico". Al menos, el teniente de alcalde de Cultura, Luis Rodríguez, hilvanó las primeras soluciones al rompecabezas que horas antes había lanzado su jefa. "Como ahora la Confederación va a limpiar el cauce del río, se puede aprovechar para quitar la escultura, aunque si los autores siguen interesados en cedérnosla no tenemos inconveniente en reubicarla en algún otro lugar". Rodríguez abogó por "desdramatizar" y reconoció que el Hombre río no le disgusta personalmente porque "supone una idea innovadora que llama la atención".

Por su parte, el portavoz del PP en el Ayuntamiento, José Antonio Nieto, señalaba que "parece que todo el mundo escoge Córdoba como motivo de pitorreo", al tiempo que apostó por "un proyecto cultural serio" y por "acabar ya con este tipo de anécdotas que se burlan de una ciudad que pretende ser Capital Cultural Europea".

Desde que Diario CORDOBA publicara ayer la furtiva colocación de esta estatua, decenas de ciudadanos se acercaron para visitar al Hombre río y, ciertamente, cuesta trabajo encontrar opiniones de rechazo a la obra. Otros seguían desconcertados, como un señor que creía que el Ayuntamiento la había instalado "para hacer ver a los ciudadanos que nos podemos bañar". Algunos guiris , incluso, rebuscaban entre las páginas de sus guías turísticas para encontrar alguna referencia a la estatua que flotaba en el río. La escultura, elaborada en corcho blanco, está pintada de forma que simula a la perfección su elaboración en piedra. Tanto, que llegó a confundir a uno de los propios inspectores de la CHG que acudieron a levantar acta del asunto y que se sorprendía porque "esto han tenido que colocarlo con un helicóptero", señaló.

ASI SE HIZO Mientras, Rafael Cornejo y Francisco Marcos --los autores de la obra-- comprobaban in situ las reacciones de los viandantes y explicaban el proceso de colocación de la obra. Sobre las 2.00 horas del martes trasladaban desde una nave de un polígono industrial en un coche la escultura dividida en tres piezas y durante tres horas, a la orilla del río, estuvieron ensamblándola. Sobre una balsa de fabricación casera la transportaron hasta el centro del río y la engancharon a los anclajes que el día anterior habían instalado. En la operación, uno de sus cuatro colaboradores, cayó al río, por lo que no pudo fijarse el último anclaje. Por este motivo es por el que la estatua puede girar 180 grados. "Nuestra intención era que mirara siempre al casco histórico, aunque bien pensado, no está mal porque así puede mirar los cuadros de Gordillo", ironizaban sobre los toldos colocados por la Junta sobre el Puente Romano.

Cornejo y Marcos matizaron que no tiene nada contra Cosmopoética, sino todo lo contrario, e hicieron su reflexión sobre la realidad cultural de Córdoba. "Creemos que está bastante petrificada; aquí los de más talento se tienen que ir a Barcelona o a Berlín", pero "nosotros nos hemos buscado la mayor sala de exposiciones de toda Córdoba", concluyeron.