Que no lo son exactamente, como todas las Hijas de la Caridad, según ellas mismas aclaran en la entrevista. Pero para los no iniciados en los intríngulis eclesiales, sor María Luisa Parias y sor María Luisa Berrón han sido y serán siempre "las monjas del Naranjo". No porque no hayan pasado por allí otras religiosas tan cargadas de méritos y facultades como ellas, sino porque llevan décadas de entrega a un barrio que las tiene por uno de sus pilares esenciales. María Luisa Berrón Martín, alta, de pelo ya blanco y sonrisa angelical, es natural de Las Berlanas (Avila) y llegó a Córdoba con 20 años, recién salida del seminario. Una vida entera dedicada a socorrer a todo el que lo precisa y a la enseñanza, durante muchos años en puestos directivos gracias a sus dotes organizativas, a pesar de que siempre le gustó permanecer en un segundo plano. María Luisa Parias Burrueco, pequeña y enérgica aunque de aspecto frágil, nació en Málaga, donde su padre estaba destinado, pero se crió en Baena, de donde era la familia, desde los dos años. A Córdoba llegó en 1978 con un brillante currículum tras de sí. Licenciada en Historia y Arte, dirigió la Escuela de Asistentes Sociales de las Hijas de la Caridad en Granada y el colegio de Santa Fe, para encargarse más tarde del Departamento de Ciencias Sociales de la Escuela de Magisterio de Antequera. Además de educadora nata, es columnista de varias publicaciones. Dos perfiles distintos que se complementan. Dos grandes mujeres de espiritualidad y acción.