Eran las 3.15 horas de la madrugada del día de Navidad cuando las llamas comenzaron a devorar un piso de acogida en la avenida de la Diputación, en el Campo de la Verdad. Los cuatro ocupantes de la vivienda, todos hombres, pudieron abandonarla a duras penas. Uno de ellos, Antonio, de 46 años, aseguró ayer a este periódico que "nos hemos salvado de milagro". Lo contaba de esta manera poco después de abandonar el hospital Reina Sofia, donde fue atendido por inhalación de humo al igual que uno de sus compañeros de piso, de 81 años, y donde aún permanece ingresado otro ocupante del inmueble siniestrado, un hombre de 70 años que sufre quemaduras de segundo grado en miembros superiores y cara, y se encuentra en la unidad de cirugía plástica en situación estable, según informaron fuentes del centro hospitalario. Pero no fueron estos los únicos afectados. También el cuarto compañero de piso, igualmente de 70 años, fue atendido en el lugar del siniestro y, según informó Emergencias 112, los vecinos de otras 23 viviendas del bloque tuvieron que ser desalojados hasta evacuar el espeso humo que desde el bajo en llamas se apoderó del edificio de cuatro plantas. Casi dos horas estuvieron en la calle, la mayoría de ellos en pijama, hasta que pudieron regresar a sus casas. Todos menos los del piso siniestrado, ya inhabitable.

Según el relato de Antonio, él y los otros tres afectados vivían "desde hace años" acogidos en el piso quemado. "Es propiedad de la parroquia de San José y Espíritu Santo, para personas sin recursos", explicó. La madrugada de ayer, uno de ellos "se dejó el brasero puesto, prendió la mesa camilla que tenía en la habitación y las llamas se pasaron a la cama", según su versión. "A mí me pilló despierto y me jugué la vida intentando apagar las llamas. Rompí unos cristales y salí a la calle en calzoncillos. Otro sacó al quemado al patio y yo le eché agua. Hemos salvado la vida de milagro".

Mientras, los vecinos del bloque, muchos de ellos advertidos a gritos desde la calle por varios transeúntes, comenzaron a abandonar el inmueble, que fue desalojado por completo de forma preventiva una vez que llegaron al lugar los efectivos de Policía Local, Nacional, bomberos y servicios sanitarios. "Ha sido una Nochebuena para olvidar", lamentaba una de las vecinas, María Trinidad Rodríguez. "Estaba durmiendo --recordaba ayer-- y nos dieron voces desde la calle. Se veían las llamas salir por la ventana. Poco ha pasado porque tenían varias bombonas y camping gas en el piso que ha ardido". También Juan Antonio Luque, que tuvo que abandonar su casa junto a su mujer y llevando a su hija y su perro en brazos, relató que habían vivido "un susto muy grande". Ya en la calle, la "incertidumbre y el frío" se apoderaron de todos los desalojados hasta que pudieron regresar a sus casas.