Antonio Toledano Roldán (Córdoba, 1964), fue designado el pasado jueves por unanimidad de las asociaciones de vecinos presentes presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara. Graduado social, casado y con dos hijos, está ligado al movimiento ciudadano desde los 15 años, justo en un colectivo vecinal emblemático como la muy activa AV de Valdeolleros y, desde hace 4 años, como secretario de la federación.

-Una primera pregunta clave: ¿Por qué? ¿Por qué se presentó a presidente de Al-Zahara?

-Después de haber sido el secretario durante los últimos cuatro años, me propusieron que me presentaran los compañeros de la directiva saliente, con el compromiso de que iban a seguir trabajando hombro con hombro en el equipo. Pensé que hay que hacer un esfuerzo por que estos años de trabajo no se pierdan. Porque el trabajo que ha hecho José Rojas al frente ha sido tremendo y le han tocado unos años dificilísimos en Córdoba, de los más duros que ha habido. Pero el esfuerzo no es solo mío. Está mi familia. O los compañeros de trabajo, que me apoyan mucho porque es necesario con este cargo asistir a reuniones, a actos, a comisiones… ¡Y todavía hay quien se cree que el presidente de Al-Zahara es un cargo remunerado! ¡Es tan voluntario como cualquiera de una asociación vecinal!

-Al-Zahara, con 96 asociaciones, algunas de medio siglo de vida, es una de las federaciones con más peso en Andalucía, referente en España y representa a unos 20.000 asociados… ¿Abruma?

-Sí. Bueno… impresiona un poco. Pero cuando vas fuera de Córdoba y cuentas cómo trabajan las AAVV de Córdoba, cómo es el sistema de participación que ayudó a diseñar la federación, cómo funcionan los consejos de distrito… te miran asombrados, como con envidia.

-En casi 40 años de la federación, hubo una época de lucha, de consolidación del sistema de participación, otra centrada en el ladrillo y los equipamientos, otra en los derechos sociales y… Llegó la gran crisis.

-Cierto. Pero mire: una cosa que he aprendido en mi etapa de secretario en la Federación es que hay que tener una visión global de ciudad, ir más allá del problema del barrio, que es el que más importa al vecino (es normal), pero muchas veces ese problema se soluciona si hay muchos que se unen y cambian cosas para toda la ciudad. Respecto a lo que ha hecho la crisis… ha sido tremendo. No solo hemos tenido que volver la cara a problemas inmediatos de muchas familias, de muchos vecinos, hasta algunas asociaciones han tenido que recoger alimentos (que no es nuestra función, pero no podemos ignorar lo que pasa y hemos tenido que salir al frente para ayudar), es que se han perdido también derechos sociales. Y habrá que trabajar mucho para recuperarlos.

-¿Y cómo van a trabajar por esos derechos y para que se garanticen las necesidades inmediatas de los vecinos?

-Bueno, estando al pie del cañón y junto a otros. Con la plataforma Stop Desahucios, con la de Aire Limpio… La crisis también ha tenido un efecto (quizá lo único bueno) sobre los colectivos, que a veces eran cotos cerrados. Nos ha hecho abrirnos más, mirar fuera, que entre aire fresco, apoyarnos entre nosotros. Por eso vamos a seguir colaborando con plataformas. También con la plataforma contra el maltrato a las mujeres. En esta etapa queremos dar mucho la presencia de la mujer, por lo que hemos creado una vicepresidencia única que ocupará Carmen Olmo. Pero no solamente por ser mujer, por cumplir una cuota. En la práctica será una copresidencia, porque creemos que es fundamental que la mujer esté en todos los ámbitos y porque, además, la visión que tienen las mujeres de los problemas es diferentes, distinta... Y por supuesto, vamos a trabajar con los consejos de distrito.

-La vicepresidencia de Carmen Olmo no es el único cambio en la estructura de la directiva, ¿no?

-Bueno, seguirá Juan Andrés de Gracia al frente del área de Ciudad Física, Rafael Carmona llevará los temas de vivienda, servicios básicos y derechos sociales... Y también hablamos de servicios básicos para los parcelistas. No para las parcelas, sino para los parcelistas, para seres humanos que, como todos, tienen necesidades, porque hay una corriente en la ciudad que está estigmatizando a este grupo. Por encima de lo que es legal y es ilegal, está defender la condición humana. Y las administraciones deben darse cuenta de ello. Por eso, se ha reforzado también el área de Periferia, con Nicolás Alcalde (de Cerro Muriano, de la AV Los Pinares de Santa Bárbara) y Dolores Suárez, de la asociación Las Pitas.

-Ha citado las administraciones. ¿Cómo se llevan?

-Bueno... bien. La federación siempre ha apostado por el diálogo. Ha habido momentos mejores y otros mucho más complicados. La situación también ha cambiado, y hoy parece más fácil llegar a un entendimiento. De entrada, lo primero es que se cumpla el Reglamento de Participación Ciudadana, que es puntero, un referente, y del que hemos visto en muchas jornadas de estudio que, posiblemente, no esté desarrollado ni aprovechado al 20%. Ese será uno de nuestros objetivos.

-¿Y retocar el reglamento?

-Quizá antes de cambiarlo debe cumplirse, porque, como ya digo, solo se hace al 20%. Creo que el que no se haya hecho efectivo totalmente es cuestión de voluntad política.

-Otro asunto siempre pendiente es la renovación del movimiento vecinal. Solo entran jóvenes en las asociaciones deportivas y en las cofradías.

-Las formas de relacionarse son distintas. Hoy en día estamos en nuestras casas, con el ordenador... Pero todo lo que ha ido alrededor del 15M también ha cambiado cosas entre los jóvenes. Queremos trabajar partiendo, por ejemplo, de las vocalías juveniles. Hay chavales que se acercan a las sedes, que echan horas, por lo menos en algunas asociaciones. También los jóvenes están viendo que se puede hacer mucho trabajando juntos, que hay muchas acciones que consiguen cosas. Pero ciertamente es difícil. Le voy a poner un ejemplo. Yo tengo 52 años y... posiblemente sea el más joven en mi asociación de vecinos. Y eso hace que muchas veces solo veamos lo inmediato: la farola averiada, el bache en la calle... Y también hay que mirar más allá.

-¿Hemos pasado de ser vecinos a convivir solo a través del mismo grupo de WhatsApp?

-Cada vez estamos más conectados y, como todo, las redes sociales tienen sus cosas buenas y malas. Hacen que haya mucha más participación y que podamos informarnos más rápido entre los socios, entre todos.

-Hablemos de temas concretos. De conflictos actuales. Por ejemplo: los veladores. Quizá el mayor problema de convivencia en el día a día de algunos barrios.

-Nosotros ya lo expusimos en la Mesa de Veladores. Igual que he defendido que se cumpla el Reglamento de Participación, creemos que la ordenanza es el mejor instrumento para regular esto, idónea y eficaz. No llegar hasta el final de esta ordenanza es también una decisión política. Siempre hemos apostado por el diálogo, por la regulación, por estudiar casos barrio a barrio, pero se llega a un límite en el que hay que actuar... y pedir que se aplique la ordenanza.

-Otro asunto complejo es Cosmos.

-Sí. Pero estamos en la plataforma Aire Limpio y hacemos nuestros sus argumentos. Debe solucionarse cuanto antes. Evidentemente, no queremos que haya despido. Pero queremos que se solucione y estamos en contra de la incineración de residuos. En la AV de Valdeolleros tenemos escritos y recortes de hace 30 años donde ya solicitábamos el traslado de la fábrica. Los vecinos sabemos lo que es amanecer con el barrio cubierto de polvo de cemento. Y aún hoy. Y vale que nos traguemos el cemento, pero ahora el humo de la incineración...

-Y una tercera cuestión concreta, actual y polémica: ¿Qué se puede hacer con el Casco Histórico de Córdoba?

-Cada distrito tiene sus características y sus problemas. Y el Casco Histórico es una zona muy castigada, no solamente por cuestiones como la ITE (no hay subvenciones y hay muchas familias que no pueden afrontarla), también hay vecinos muy mayores, una avalancha de eventos (y no solo hablamos de Semana Santa)... Debe de haber una buena regulación turística y de problemas como el que hemos dicho de los veladores. Todo pesa para que la convivencia y el día a día sea difícil en el Casco Histórico. Y es verdad que sin vecinos en el Casco Histórico, no habrá Casco Histórico. Será todo un decorado. Simplemente, en el Casco Histórico quieren tener seguridad y una aceptable movilidad, como cualquier vecino de Córdoba.