El alquiler de vivienda turística deja de tener vía libre a partir del año que viene. Esto indica también que toda la economía sumergida que genera, de la que varios sectores turísticos e inmobiliarios se han venido quejando reiteradamente, saldrá a flote muy pronto. En una orden del 24 de mayo, los intermediarios de alquiler de viviendas turísticas, como las tan demandadas páginas web Airbnb, Booking o Kayak, quedarán obligadas a informar a la Agencia Tributaria de todos los movimientos que se realicen con las viviendas que gestionan.

Hasta ahora, las viviendas turísticas han crecido exponencialmente (como informó este periódico el pasado mes de marzo, cuando se cifró en 2.271 el número de viviendas turísticas, de las que solo 624 estaban inscritas en la Junta de Andalucía).

Opiniones expertas

Ésto, como cabía esperar, afectó al sector hostelero y al alquiler de viviendas familiares. «Ahora mismo necesitamos con urgencia que por parte del Ayuntamiento se estipule una normativa básica de saturación del casco histórico, donde se pacten las zonas de crecimiento y las de ordenación de la ciudad, para que sea habitable y atractiva para los visitantes. No podemos consentir que se cree la burbuja que se está olriginando y se ponga en riesgo el negocio de algunos establecimientos de hospedaje», reclama Manuel Fragero, presidente de Aehcor.

Por otro lado, la opinión de Juan José Pedrajas, gerente de la oficina de Ocasión Casas de Córdoba, dista mucho de generar confianza en la regulación. «No creo que en la práctica vaya a cambiar mucho el panorama. Todo dependerá de la fortaleza de los mecanismos de control. Por mucho que esto se regule, donde más cambio podría verse sería en las plataformas digitales porque obliguen a las empresas a facilitar datos, pero de otra manera lo dudo», insiste Pedrajas.

Además, cuenta que «se han hecho obras en Córdoba donde una casa se tiraba entera para construir ocho apartamentos turísticos, y eran obras sin licencia. Al final la economía sumergida siempre estará ahí». El Modelo 179 de la Agencia Tributaria afecta a todos los intermediarios de viviendas turísticas, pero está indirectamente creado para controlar las plataformas, donde más irregularidades se sospechan. «Son buenas noticias, aunque estamos esperando un poco más de información. Pero esto da más transparencia y nos va a permitir medir mejor la aportación que esta haciendo al fisco la vivienda turística que, de hecho, en la mayoría de los casos es mayor que en otros modelos de alojamiento, como seria la aportación de rendimientos de capital inmobiliario», concluye Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía.