Las redes sociales, en las que las cofradías cordobesas están inmersas en los últimos tiempos, echaron chispas la noche del pasado martes cuando se conoció la decisión del pleno de las hermandades de penitencia, por 24 votos contra 12, de trasladar ya para este año la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral. «Habemus Catedral», era el mensaje que, un poco en broma y mucho en serio, más se repetía en los mensajes por internet. Y no es para menos a tenor de la trascendencia de aquel cónclave cofrade.

Si el proyecto se consolida este año, puede que ese acuerdo haya sido el más importante para las cofradías cordobesas de cara a este siglo, ya que supone un nuevo concepto de Semana Santa con su eje central en una zona monumental, algo con un impacto que trasciende lo puramente cofrade más allá «de los beneficios espirituales que supondrá hacer estación de penitencia en la Catedral, como manifestación de nuestra pertenencia a la Iglesia», resumía el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel.

Satisfacción y entusiamo

De hecho, a nadie se le oculta que el proyecto tendrá una repercusión directa en aspectos como la imagen de la ciudad (ya hay quienes auguran que los canales nacionales de TV no tardarán en descubrir el extraordinario atractivo del nuevo recorrido), para la economía en general y, particularmente, para el sector hostelero y turístico. Así, y como en su día ya adelantaron los responsables al conocer el proyecto, al día siguiente de la decisión de las cofradías la Federación Comercio Córdoba y la asociación de hostelería y turismo Córdoba APTC, a través de sus máximos responsables (Rafael Bados y Alberto Rosales, respectivamente) y siempre reiterando su respeto por la decisión que hubieran podido tomar las cofradías, saludaban a priori el acuerdo. Eso sí, también reconocían que hay mucho trabajo pendiente.

Y, por supuesto, no son los únicos que reconocen la complejidad del proyecto, empezando por la propia Agrupación de Cofradías que, apenas decidir entre dos modelos de carrera oficial que se estudiaron durante semanas y se votaron la noche del martes, ya el miércoles se redactaba la comunicación oficial de la solución que se había adoptado (la propuesta inicialmente por la vocalía de penitencia de la Agrupación en julio para las de cofradías) a las entidades directamente implicadas: las propias cofradías, el Cabildo Catedral y el Ayuntamiento de Córdoba, que soportará el grueso de la reorganización de la Semana Santa ya que hay hasta un total de 7 áreas y servicios directamente implicados (Sadeco, Infraestructuras, Parques y Jardines, Vía Pública, Policía Local, Bomberos y Aucorsa) y otros indirectamente afectados. Ya el propio martes el teniente de alcalde y nuevo coordinador municipal con las cofradías, Emilio Aumente, daba cuenta del mucho trabajo que quedaba por hacer y de la necesidad de empezar a planificarlo cuanto antes.

Ya corre el tiempo

Y es que quedan seis meses para que el Domingo de Ramos todo esté preparado, y ello sin contar con que para entonces esté en servicio la segunda puerta, cuyo proyecto se ha desbloqueado, aunque quizá este segundo gran acceso (que agilizaría el paso de las cofradías) no estará listo para Semana Santa. También debe estar listo el dispositivo de seguridad, sanidad y emergencias. Y en eso coinciden todos los vecinos que se han pronunciado hasta ahora, tanto la AV Axerquía (muy crítica con el traslado) como la AV La Medina, con una posición favorable al mismo: debe garantizarse la seguridad y accesibilidad de todos y cada uno de los vecinos y comerciantes de la zona en todo momento, coincide en destacar tanto la presidenta de la asociación La Axerquía, Juana Pérez, como la de La Medina, Lourdes Martínez.

También se coincide totalmente en otro segundo punto: es imprescindible que los vecinos y comerciantes participen en la planificación del dispositivo. Así lo reclama incluso el Consejo del Movimiento Ciudadano.