Los datos estadísticos demuestran que la tasa de suicidios en la Guardia Civil es muy superior a la del resto de cuerpos policiales y población: entre 2005 y 2014, 16,4 por cada 100.000 en la Guardia Civil, 12,8 en la Policía Nacional y 11,7 en la población general. Estos son algunos de los datos puestos de manifiesto ayer en la presentación del libro ¿Todo por la patria? Cultura, clima laboral y conducta suicida en la Guardia Civil, escrito por el psicólogo Daniel J. López Vega y que aborda el «grave problema» del alto índice de suicidios en la Benemérita, con un promedio de uno cada 26 días, casi 500 en los últimos 25 años.

Durante la presentación, en la que además del autor intervinieron el secretario nacional de organización de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), José Cabrera, y el secretario provincial de la misma, Juan Ostos, se señaló que «a las dificultades propias del trabajo policial, junto con la posesión de armas de fuego y largos turnos de conducción o periodos de estrés mantenidos en el tiempo, en la Guardia Civil se añaden factores inherentes a su idiosincrasia». En este sentido apuntaron que «por su naturaleza militar, los guardias civiles tienen vedados instrumentos como el derecho de sindicación y el de petición colectiva, lo cual provoca que en ocasiones se encuentren indefensos ante conflictos laborales internos y ante posibles casos de acoso laboral».

Los representantes de AUGC propusieron varias medidas para reducir los suicidios en este colectivo, como la mejora del tratamiento de problemas de salud mental de guardias civiles; la investigación de los casos para determinar si están relacionados con el ámbito laboral; la implantación de actividades orientadas a la prevención, o la instalación de armeros para que los agentes no se vean obligados a tener las armas en sus domicilios.